EL MUNDO – 30/12/15
· Ciudadanos rechaza emtrar en un gobierno que no encabece, pero sí quiere acordar reformas.
No, no y no. El PSOE no se mueve. Permanece invariable en su negativa a apoyar un Gobierno de Mariano Rajoy. Tampoco del PP. Los socialistas no variarán aunque el presidente del Gobierno en funciones diera un paso a un lado. «Vamos a votar no a lo que supone Rajoy y PP: inmovilismo, imposición y desigualdad», resumió ayer César Luena, secretario de Organización del PSOE. Fue él y no Pedro Sánchez quien dio la réplica. En Ciudadanos la elegida fue Inés Arrimadas, líder de la oposición en Cataluña, que reiteró que su partido no entrará «en un Gobierno que no sea el nuestro. Pero sí tenemos ganas de poder impulsar las reformas que necesita España». El partido de Albert Rivera ha propuesto a PP y PSOE una mesa de diálogo para trazar una hoja de ruta con las reformas a abordar este legislatura.
El Partido Socialista no se plantea, a día de hoy, respaldar una nueva legislatura de Rajoy. Tampoco de otro candidato popular. «El no del PSOE es un no a Rajoy y al PP». El dirigente socialista argumentó su doble negativa: «El nuevo tiempo en España es para grandes acuerdos y transformaciones. Tiene que ser para trabajar por un empleo digno y por derechos, para forjar un acuerdo en Educación, para recuperar cotas del Estado de bienestar, para lograr un sistema de pensiones sostenible, para sellar un acuerdo social para luchar contra la violencia de género, para emprender una regeneración institucional con reformas democráticas para un pacto por y con Europa, y un gran acuerdo social y político para reformar la Constitución. Para eso está España y no está Rajoy».
La única concesión que los socialistas hacen al PP es su derecho a ser los primeros en intentar formar Gobierno, pero también con un recado: «Rajoy debe asumir la iniciativa, pero también debe asumir que ya empieza a formar parte del pasado de este país. Rajoy y su partido están muy próximos a la corrupción. Votaremos que no por el bien de España», sintetizó el número dos del PSOE.
Mientras que el PSOE se mostró cerrado en banda en el «no», Ciudadanos volvió a abrir la puerta de la abstención a Rajoy, «si el PP consigue el apoyo del PSOE para abstenerse. Entonces, pueden hablar y negociar con nosotros, porque lo que queremos es que se empiece a trabajar», reflexionó Arrimadas. «Nuestro papel en el Congreso va a ser de grandes mediadores en España. Necesitamos un espacio de centro político moderado que sea capaz de poner de acuerdo a los extremos, pero para eso debe comenzar la legislatura», aseguró la líder en Cataluña del partido de Albert Rivera. «Ahora no podemos hacer nada. No entraremos en el Gobierno del PP, pero como queremos cambiar este país, para aprobar reformas es necesario un Gobierno que funcione e impulse la actividad».
Otra de las cuestiones de actualidad es la composición de la Mesa del Congreso. En este punto, el PSOE también mostró su discrepancia con el PP. Rajoy, en su comparecencia ante los medios, consideró que el presidente del Congreso debía pertenecer al partido más votado. Los socialistas mantienen la pretensión de que el presidente de la Cámara Baja sea un socialista. «En los próximos días trabajaremos por eso», dijo Luena, que no quiso desvelar ninguno de los candidatos que tienen en mente.
Rivera dijo ayer en Antena 3 que es fundamental que la Mesa del Congreso refleje la pluralidad política que existe ahora en España y que sería «sano» que se produjese un pacto que permitiera que el presidente de las Cortes fuese de otro partido. Aunque matizó que tendría que tener un perfil de «estadista» y no «sectario con mano izquierda».
El PP ha comenzado los contactos con el resto de fuerzas parlamentarias para alcanzar un acuerdo en torno a la composición de las Mesa de las Cortes, el órgano rector del Congreso, y una pieza fundamental en una legislatura sin mayoría absoluta. Rafael Hernando, portavoz del PP en la anterior legislatura y su homólogo en el PSOE, Antonio Hernando, mantuvieron ayer una reunión y ya habían tenido, según fuentes populares, algún contacto previo. Desde el PP se aseguró posteriormente que el encuentro es sólo una primera toma de contacto y que su objetivo es alcanzar un acuerdo «plural y estable». Su plan inicial era conocer primero las intenciones del PSOE y armar después un pacto amplio con el resto de fuerzas políticas. De hecho, se ha hablado ya con «casi todos».
Sin embargo, sus previsiones se empañaron después de que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, advirtiera, tras su reunión con Mariano Rajoy en La Moncloa, que intentaría un acuerdo sobre la Mesa que les permitiera ostentar la Presidencia.
En el PP son conscientes de que será muy complicado para ellos conservar este puesto. Carecen de votos suficientes para hacer frente a una presumible alianza de PSOE, Podemos, IU y ERC. Aún así, no están dispuestos a renunciar a su papel protagonista en las negociaciones como partido más votado y con mayor número de escaños.
En Génova, fuentes populares consideran una opción la posibilidad de entregar la presidencia del Congreso a un tercero, siempre y cuando el PP sea el muñidor del acuerdo. Otras fuentes de la dirección creen que sería posible retenerla ofreciendo al PSOE tres puestos en la Mesa. Estas fuentes califican de «generosa» esta oferta al PSOE, porque «en realidad los socialistas sólo tendrían derecho a dos puestos en la Mesa del Congreso». En todo caso, pese a admitir en privado que volver a presidir la Mesa resultará muy difícil, el discurso público, y así lo dijo ayer Mariano Rajoy, es que se trata de un puesto que debe corresponder al partido más votado.
Albert Rivera se mostró ayer partidario de que la Mesa refleje la pluralidad de España y apostó por una reforma del reglamento «para actualizarlo y modernizarlo en muchos temas».
De manera paralela, el PSOE ha comenzado las conversaciones para establecer posibles alianzas. Antonio Hernando ha hablado con Alberto Garzón (IU) y, según fuentes socialistas, se ha comprometido a estudiar si pueden formar grupo propio. La próxima Mesa deberá estudiar estos pormenores. También las subvenciones que deben recibir Podemos y sus grupos territoriales. Un elemento que, según las fuentes consultadas, estará en la negociación.
EL MUNDO – 30/12/15