TONIA ETXARRI, EL CORREO 13/02/13
· Llegar a Ajuria Enea y poner la marcha lenta, para desesperación del resto de representantes políticos, ha funcionado como un resorte casi automático en la manera de proceder de Iñigo Urkullu.
Esa es la percepción que tienen la mayoría de sus interlocutores que, después de escuchar al nuevo lehendakari adornarse con la prioridad de sus retos, centrada fundamentalmente en la economía, concluyen que Urkullu no tiene un plan claro y riguroso para afrontar la crisis. Después de dos meses de haber llegado al Gobierno.
El ritmo en el plan de convivencia no va tan lento como se presumía en un principio gracias al empeño de los socialistas por poner en marcha, junto al PNV, la ponencia para la Paz, cuya constitución se votará mañana en el Parlamento vasco, a pesar de la oposición del PP y UPyD. Y sobre el plan soberanista, queda toda la legislatura para que se sumerjan en debates inacabables. Pero la economía vasca, anclada en la recesión, no admite dilaciones.
Lo peor que se le puede decir a un gobernante que acaba de estrenar cargo, después de haber estado dando la voz de alarma desde la oposición durante los últimos tres años, es que carece de un plan riguroso para abordar la crisis económica. Y se lo dijo Basagoiti. Pero también Idoia Mendia desde su cargo recién estrenado de portavoz socialista. Ayer, el lehendakari se reunió con Patxi López y Laura Mintegi. Por separado.
Cualquiera de los dos podría darle la mayoría que necesita para sacar adelante sus Presupuestos, pero en cuanto examinen la propuesta en las partidas de gastos, que todavía no están en ello, tendrán la necesidad de marcar distancias de los recortes.
El ambiente se había enrarecido tanto desde que el diputado general de Bizkaia se sacara de la chistera el «recálculo ficticio» de los ingresos de 2013, para echar una mano al nuevo lehendakari, obligado a reducir gastos en 1.200 millones de euros, que al final el Gobierno vasco tuvo que aparcar la propuesta para debatirla en otro momento porque había conseguido algo insólito : que todos los grupos coincidieran en su rechazo. De las reuniones que celebró ayer en Ajuria Enea se puede extraer que el lehendakari sigue sin concretar sus planes de recortes. Pero tendrá que hacerlos.
A Urkullu le interesaría que los populares le facilitaran la aprobación de sus cuentas si, al final, la izquierda presentase una enmienda a la totalidad. Se conformaría con reunir más votos , aunque no llegase a reunir los 38 necesarios, para que decayese la enmienda.
Pero no parece que el partido de Basagoiti vaya a adoptar un voto más comprometido que el de la abstención. «¡Bastante tengo con apoyar los recortes de Rajoy como para secundar los recortes de Urkullu!», comenta irónico el presidente del PP vasco para recordar a los suyos que, desde el Gobierno de España, el de Vitoria y el de Álava, ellos tienen que dedicarse a hacer oposición al nacionalismo. Todavía queda mucho partido y el calendario apremia. EH Bildu reprocha al PNV su coincidencia con el PP. Y hay quienes lamentan que la izquierda abertzale no esté dispuesta a pasar sus deberes a limpio.
TONIA ETXARRI, EL CORREO 13/02/13