SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 27/07/15
· Nunca es tarde para enmendar un error. Escribía uno sobre la pregunta esencial que se hizo la alcaldesa de Madrid en el Vaticano: «¿Por qué uno se va de putas?». Una semana después, y hecha la reflexión pertinente sobre el tema, está en condiciones de responder a la pregunta.
En el caso de la operación Púnica (romanos contra cartaginesas), en el que la subvención de masajes con final feliz constituía una de las formas de ganarse la voluntad de los alcaldes adjudicadores, la respuesta sería: porque pagan los adjudicatarios.
Esto de ir de putas por cuenta de terceros parece algo estrambótico, y de hecho lo es, pero goza de alguna tradición. En el Ayuntamiento de Baena hubo personal próximo al alcalde que armó una trama de facturas falsas para subvenir las excursiones de los beneficiarios a un templo del amor venal de Marbella, llamado Milady Palace.
En las conversaciones que la Guardia Civil grabó por orden judicial, el alcalde se mostraba mosqueado ante el asunto y su secretario se explicaba: «Compréndalo, jefe, a mí me da apuro gastarme dinero mío en estas cosas». O sea, que todo putero disfruta más si es gratis. No era el único pago en especie. «Tío, que me voy de vacaciones, prepárame pasta», le decía el ex diputado Moreno a Marjaliza.
El juez Velasco considera que la trama viene operando desde hace unos cuantos años en varias comunidades autónomas; que es muy compleja y que el personaje clave, David Marjaliza, controlaba un complejo empresarial amplio y ficticio para mejor camuflar la titularidad real de los bienes, estando la principal sociedad patrimonial a nombre de una empleada suya; que el tal Marjaliza tenía 33,5 millones a nombre de terceros, y que llegó a estar autorizado en 2008 a operar en 419 cuentas. Su socio y amigo, el ex secretario general del PP madrileño y hoy recluso, Francisco Granados, sólo llegó a estar autorizado en un máximo de 53, un piernas, si bien se fijan.
Son muchos los indicios que maneja el juez por mucho que, faltaría más, los imputados gocen de toda la presunción de inocencia y aunque el instructor se deje llevar a veces por expresiones como «resulta verosímil que (el zulo) estuviera pensado para ocultar parte de su patrimonio». Pero lo realmente descorazonador es que la trama operó hasta fechas tan recientes como para haber contribuido a financiar, según la Guardia Civil, la reciente campaña electoral del PP en Valencia.
Es asombroso. Con la que está cayendo –escribiría si fuera tertuliano– y aún hay gente en los partidos que debe de considerarse ungida para la impunidad y sigue a lo suyo, sin perder el ritmo ni el compás. Uno no puede adivinar cómo podría ponerse fin a esta gangrena democrática, ya está escrito: la corrupción son los otros, que diría aproximadamente Jean Paul Sartre.
Por eso a uno le parece que la petición de Sánchez para que comparezca Rajoy en el Congreso a dar explicaciones sobre la trama está bien, pero sería mejor predicar con el ejemplo: que él mismo comparezca para explicar lo de los ERE y la formación, y los de la extinta CiU y el PNV, y por ahí seguido hasta la beca de Errejón. Una catarsis nacional, cuánta hermosura. No lo verán sus ojos.
SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 27/07/15