EL CORREO 21/04/15
· Quiroga y los candidatos populares enarbolan el discurso de la «singularidad» frente a quienes quieren «acabar con lo que es el País Vasco»
Los populares vascos han encontrado una veta en la que cimentar su discurso de campaña, condicionado por las tensiones internas que han marcado el proceso de designación de candidatos a las elecciones del 24 de mayo y, sobre todo, por el inmenso lastre de la corrupción que arrastra sin duda la ‘marca PP’ en el territorio nacional. Acuciados por la tendencia a la baja que señalan todas las encuestas y por la pujanza de las formaciones emergentes, los conservadores aprovecharon ayer para reivindicar una de sus señas de identidad propias, más allá del ideario común del partido: la defensa sin fisuras del sistema foral y de la «singularidad» vasca. Un mensaje entonado a coro por la presidenta, Arantza Quiroga, y los tres candidatos a diputados generales con sentido de la oportunidad política: justo después de que su principal rival en las urnas, Ciudadanos, haya insistido en su rechazo al Concierto económico, que aboga por suprimir de forma «progresiva» y como «expectativa a largo plazo», según ha reiterado su líder, Albert Rivera.
La posición del partido naranja, que ya viene defendiendo UPyD en Euskadi desde su surgimiento, ha proporcionado una baza adicional a los conservadores, conscientes de la impopularidad de los discursos que abogan por acabar con la especificidad foral vasca, recogida expresamente por la Constitución en su Disposición Adicional Primera. Aunque en el pasado, el foralismo ha colocado al PP vasco en bretes incómodos –como cuando se vio forzado a ausentarse de una votación en el Congreso en la que sus compañeros de filas rechazaron el blindaje del sistema fiscal privativo de Euskadi–, ahora llega en su auxilio como el tablón al náufrago. Prueba de ello es que tanto Quiroga, que presentó a los tres candidatos a diputados generales del PP en un desayuno informativo en Bilbao, como los propios Javier de Andrés, Javier Ruiz y Juan Carlos Cano se proclamaron «firmes defensores» de la actual arquitectura institucional del país frente a quienes quieren «acabar» con ella, uno de los debates clave de la precampaña.
Fiscalidad única
No en vano, todas las fuerzas en liza se han lanzado a socializar sus propuestas para «racionalizar» la Administración vasca o, en el lado opuesto, para defender la idoneidad del entramado vigente. El PSE ha anunciado que presentará en septiembre su propia propuesta para reformar la LTH y dotar de mayor papel fiscal al Parlamento ante la pasividad del Gobierno y del PNV; Podemos ha hecho de la coordinación tributaria entre territorios, con la confluencia de las tres haciendas en una como punto de llegada, una de las ideas fuerza de su discurso, y Ciudadanos se ha apuntado a la eliminación de algo que ven como una prebenda decimonónica.
Rivera volvió a ratificar su postura el sábado, sometido a las preguntas de la calle en La Sexta, con el argumento de caminar hacia un modelo federal con una Hacienda común que se ajuste a los parámetros europeos para así poder «luchar mejor contra el fraude». No es, sin embargo, una iniciativa novedosa en Ciudadanos: Rivera ya decía en una entrevista con este periódico en 2013 que el Concierto es un «privilegio a derogar».
Pero, en plena carrera hacias las urnas y con las expectativas electorales del partido disparadas, el debate ha cogido vuelo y ha forzado a sus aspirantes vascos a encararlo. Ayer, el candidato naranja en Vitoria, Rodrigo Zamora, apuntó en Radio Euskadi que «quizá la especificidad vasca no debería existir» y admitió que la supresión del régimen tributario vasco figura en el «programa de máximos» de su partido. La fiscalidad «única», dijo, nos viene «impuesta» desde Europa y es la «única vía posible», aseguró, para «optimizar los recursos y salvar el Estado del bienestar».
Así las cosas, PNV y PP son los únicos que reivindican sin medias tintas el sistema foral porque, advirtió ayer Quiroga, eliminarlo supondría «acabar con lo que es realmente el País Vasco». La líder popular defendió la estructuración de la «realidad vasca» en tres territorios históricos. «Desde esa diversidad y pluralidad se ha conformado lo que hoy es el País Vasco», recalcó Quiroga, que
apostó por impulsar y «desarrollar» el Concierto «desde la lealtad y solidaridad» con el resto de España.
El proyecto del PP vasco, abundó, es el único que garantiza la «estabilidad» y que «suma hacia dentro y hacia fuera» tras «demasiado tiempo de enfrentamiento». «Es el momento de buscar la unión entre vascos, respetando la pluralidad», defendió la dirigente guipuzcoana en un discurso mucho más conciliador y cómodo para el PP que el que había decidido enarbolar el partido en Álava para competir con Ciudadanos y UPyD y concentrar el voto de centro derecha, volcado en asuntos espinosos y con aristas como el euskera o la inmigración y las ayudas sociales.
Ayer, en cambio, el acento se puso en subrayar el carácter previsible del PP, que huirá, según garantizaron sus líderes, de «saltos al vacío, ni ahora ni en 2030» y en plantear propuestas en principio atractivas como la bajada de impuestos. De Andrés defendió la especificidad de cada territorio hasta el punto de considerar que, si Euskadi da pasos para incrementar su autonomía respecto a España, también Álava debería aumentarla dentro de Euskadi. El vizcaíno Ruiz alertó contra quienes quieren «desmantelar» la foralidad y propugnan una «centralidad a la vasca» y se ofreció a pactar cualquier «mejora» del sistema, pero en ningún caso a participar «en un concursos de acreedores para liquidar las instituciones».