EL MUNDO 12/12/14
· Felipe VI recalcó ante el ‘president’ Mas y empresarios que España no puedepermitirse «la división» porque «el mundo camina hacia una mayor integración»
El Rey Felipe defendió ayer ante el presidente de la Generalitat, Artur Mas, el trabajo conjunto de todos los poderes públicos como única vía para dejar atrás las dificultades económicas. En un discurso lleno de elogios a la contribución de Cataluña al progreso del conjunto de España, el Monarca pidió que los gobernantes «gestionen ante todo la resolución de la crisis económica» y sostuvo que hay que «abordar juntos» los retos del país.
Tras aludir a la Transición, y al salto económico que ha dado España desde entonces, Felipe VI afirmó, en plena ofensiva independentista, que ahora, como en esos años, es necesario «unir fuerzas y estrategias» porque «el mundo camina hacia una mayor integración» y el país no puede permitirse «el debilitamiento o la división».
La sede de Fomento del Trabajo se llenó de personalidades y empresarios que querían asistir al primer discurso de Felipe VI en Barcelona desde su proclamación. Él y Mas ya coincidieron la semana pasada en la planta de Seat en Martorell, pero allí no hubo parlamentos. Ayer, sin embargo, el Rey habló mucho de concordia entre españoles y el presidente de la Generalitat prescindió de su discurso más reivindicativo, a pesar de que se halla en plena acometida independentista.
El Rey y Mas compartieron incluso mesa. Cada uno con su guardia pretoriana–el ministro Jorge Fernández por la parte gubernamental y la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, por la catalana–, se les vio departir amigablemente acompañados por la delegada del Gobierno en Cataluña, el alcalde de Barcelona y los presidentes de Fomento del Trabajo (Joaquim Gay de Montellà) y de la CEOE (Juan Rosell).
Felipe VI, que habló la mayoría del tiempo en catalán, subrayó desde el principio la «lealtad» de algunos catalanes ilustres, como Carlos Ferrer Salat –ex presidente de Fomento– y el general Juan Prim, de quien se cumple el bicentenario de su nacimiento. «Prim, como muchos otros catalanes, entendió el papel fundamental que Cataluña siempre ha ejercido en el devenir del conjunto de España», dijo.
El Rey quiso también poner de manifiesto –y apoyó sus reflexiones en datos como la subida del PIB o de la renta per cápita en los últimos 40 años– la «solidez» de España. «Somos un país con mucho más vigor de lo que muchas veces pensamos», insistió.
Pero también reivindicó que es necesario abordar la crisis económica desde la unidad. Tras recordar la etapa de la Transición, Felipe VI afirmó que hay que «afrontar juntos» los «retos y problemas que afectan a los ciudadanos». «Hoy más que nunca es necesario unir fuerzas y estrategias, como hicimos hace décadas, con el mismo espíritu de colaboración, cooperación y solidaridad», añadió.
En un momento en el que Mas encabeza los anhelos de una parte de la sociedad catalana de constituir un Estado independiente, el Rey constató la «interdependencia» de «las sociedades y las economías». «Todos somos necesarios, cada vez es más evidente que no podemos encontrar respuestas de forma aislada, y que no podemos permitirnos el debilitamiento o la división porque el mundo camina hacia una mayor integración», avisó al presidente catalán.
También aseguró que los mejores momentos de Cataluña, «aquellos en los que se reconoce mejor a sí misma», coinciden «invariablemente» con los mejores periodos en toda España. Y se despidió mostrando su seguridad en que la «concordia fraternal» seguirá «guiando los pasos de nuestro país».
Mas, que siempre muestra una cara más amable ante los miembros de la Familia Real que ante los del Gobierno central, siguió ayer con esa tradición. Antes de la entrega de las medallas de honor de la patronal catalana sólo se permitió una reivindicación: la de una mejor financiación para Cataluña.
Recordó que Fomento del Trabajo «lideró en 1899 la reforma de la descentralización administrativa» de España, y que ya entonces hizo bandera «del concierto económico». «Han pasado 115 años, no se puede decir que hayamos tenido un éxito total», añadió con sorna.
Al margen de esa alusión, el presidente de la Generalitat se dedicó a subrayar el carácter de «motor económico» de Cataluña. «Una cuarta parte de la nueva ocupación del último año se ha creado en Cataluña, cuando la población es del 16%. La intensidad de la reducción del paro es del doble», recordó. «Esta es la realidad».
Mas se permitió incluso una referencia equívoca –pero poco inocente– a la manera en que hay que afrontar la salida de la crisis. «En el objetivo de distribuir mejor la riqueza estaremos también todos juntos mucho tiempo», dijo.
El presidente de Fomento del Trabajo, Joaquim Gay de Montellà, se había pronunciado con claridad al principio del acto a favor de la distensión entre administraciones. Antes de entregar al Rey la Medalla de Oro de la patronal, reivindicó «el diálogo, la negociación y el pacto», y añadió: «Una sociedad orgullosamente democrática como la nuestra no puede ni debe prescindir de la senda del acuerdo para avanzar».