ABC – 21/07/15
· Don Felipe apela en Bilbao a que las autoridades se atengan a sus «deberes y obligaciones constitucionales».
· Idea de España: «El gran patrimonio común de todos, la gran empresa que a todos nos pertenece y nos une»
· En el seno de la UE: «Un verdadero proyecto nacional de España»
· Los empresarios: «Contribuís, junto a los demás ciudadanos, a mantener y fortalecer el Estado de bienestar»
· Premio y premiado: El premio se entrega «en esta querida tierra vasca a un gran empresario catalán y al mismo tiempo un gran español»
· Modelo de Estado: «Hoy se habla de reforma constitucional, pero es necesario abordar esta cuestión desde los cimientos (…), la apertura al diálogo y la negociación», dijo Urkullu.
· Voluntad de pacto: «Queremos un futuro compartido, con espacio y libertad para nuestra razón de ser. La clave es compartir la necesidad de negociar», apuntó el lendakari.
En su segunda visita al País Vasco en los dos últimos meses, el Rey ensalzó ayer en Bilbao «todo lo que nos une, todo lo que somos y lo mucho que compartimos, que refuerza nuestro camino de progreso. Que es un camino que debemos seguir trazando, todos juntos, con fuerza y con ambición, con ilusión y con determinación», enunció durante el discurso con el que clausuró la entrega del II Premio Reino de España a la trayectoria empresarial a José Ferrer Sala, presidente de honor del grupo Freixenet.
Sentado al lado de Don Felipe, Iñigo Urkullu
Si bien en su uso de la palabra el lendakari aprovechó para apuntar al «modelo de Estado» y a una reforma constitucional «desde los cimientos», el acto transcurrió en un clima de cordialidad y normalidad institucional, al igual que el pasado mes de mayo, cuando el Monarca acudió a Vitoria para inaugurar el congreso nacional de la abogacía y Urkullu ejerció también entonces como anfitrión.
Acudieron ayer, entre otras autoridades, el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso; el delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo; la presidenta del Parlamento autonómico, Bakartxo Tejería; el diputado general de Vizcaya, Unai Rementeria; y el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto. Así como los presidentes de los convocantes del premio: Javier Vega de Seoane (Círculo de Empresarios), Antón Costas (Círculo de Economía) y José María Bergareche (Círculo de Empresarios Vascos).
En el paraninfo de la Universidad de Deusto, donde tuvo lugar la ceremonia, el Monarca hizo hincapié en que el premio se entregaba «en esta querida tierra vasca a un gran empresario catalán» que «es al mismo tiempo un gran español. Y lo hacemos rodeados de amigos, familiares y muchos empresarios más de otros territorios de España. Así confluyen hoy aquí», incidió, «tierras, personas, obras y sentimientos que integran, desde su propia singularidad, el gran patrimonio común de todos, la gran empresa que a todos nos pertenece y nos une, que es España».
Confianza y estabilidad
En su alocución, Don Felipe indicó que está en manos de empresarios como Ferrer Sala «en una buena medida, nuestro progreso económico». Pero hizo hincapié en que, al mismo tiempo, «para alcanzar el éxito es preciso un entorno institucional –que vosotros siempre demandáis, y con acierto– en el que las autoridades se atengan –nos atengamos– en todo momento y con responsabilidad a nuestros respectivos deberes y obligaciones constitucionales, y en un marco que ofrezca seguridad jurídica, respeto a la ley, confianza y estabilidad».
«Y todo ello», añadió el Rey, «en el seno de la Unión Europea, que es ya un verdadero proyecto nacional de España. Un proyecto que nos ampara y protege frente a las incertidumbres y que nos facilita e impulsa la superación de los retos a los que nos enfrentamos».
Son los empresarios, recordó el Monarca, «los mayores creadores de empleo en España, que es nuestra primera preocupación social. Porque con vuestra actividad contribuís, junto a los demás ciudadanos, a mantener y fortalecer nuestro Estado de bienestar, que es un pilar de nuestra cohesión social». Son quienes, en definitiva, consolidan «el prestigio de España en todo el mundo como actor global de mayor peso y relevancia, algo imprescindible en el escenario internacional en el que vivimos y nos movemos», subrayó Don Felipe.
Estabilidad institucional
Urkullu, por su parte, realizó un discurso principalmente económico al que dio un cariz político en el último minuto de su intervención. Antes recordó que «la estabilidad institucional fortalece el crecimiento y el desarrollo» y se felicitó porque «el cambio de ciclo parece consolidarse» en la economía. El lendakari abogó por «una manera de hacer política para la confianza de la ciudadanía y, por lo tanto para la estabilidad. «Esta misma actitud», enlazó, «de anticipación, diálogo y búsqueda de entendimiento, es de aplicación también en relación al modelo de Estado». Apuntó entonces al debate surgido en torno a una reforma constitucional, enarbolado desde el PSOE, y aquí abogó por abordar esta cuestión «sabiendo previamene para qué» y siempre «desde la apertura al diálogo y la negociación, la disposición al acuerdo y al pacto».
«También un país, un Estado debe ser una empresa común que reconozca su diversidad como una riqueza, que establezca un sistema de relaciones desde el reconocimiento y el respeto mutuo», argumentó el jefe del ejecutivo vasco, quien puntualizó que «nadie posee la verdad absoluta». «Queremos un futuro compartido, con espacio y libertad para nuestra razón de ser», cerró el lendakari.
En una línea similar a la expresada por Don Felipe, el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, apuntó que «estamos en Bilbao, y su Majestad el Rey entrega aquí en el País Vasco un premio a un empresario catalán. Y a mí me parece que esta es una imagen que simboliza una voluntad de cohesión».
Ferrer Sala, por su parte, recordó que Don Juan Carlos «nos acompañó en muchos viajes y ayudó con ello a la expansión internacional» de la empresa. Al afirmar que su cava se distingue del champán en que «es español y mejor», protagonizó el momento más distendido de la ceremonia.
ABC – 21/07/15