Reacción tan calculada como desaforada del independentismo ante la negativa del partido de Ada Colau a respaldar el referéndum de autodeterminación que Carles Puigdemont se propone celebrar el 1 de octubre. Dirigentes del PDeCat, ERC y la CUP recurrieron ayer a los medios de comunicación y las redes sociales para lanzar a la opinión pública secesionista contra la alcaldesa de Barcelona y reprocharle que no apoye la vía unilateral ideada por el presidente de la Generalitat para declarar la independencia.
Los cargos de las formaciones que impulsan el 1-O se emplearon a fondo para dibujar a Catalunya en Comú como un partido incapaz de comprometerse con la causa soberanista y que, por tanto, deja «desamparados» a buena parte de sus votantes, partidarios de celebrar la consulta. En este argumento incidió especialmente la coordinadora del PDeCat, una Marta Pascal que el sábado ya situó a Colau en las bancadas del PP y que ayer acusó a la alcaldesa de Barcelona de sufrir «miopía política» por reducir a una «movilización» la votación secesionista que el president aún tiene que convocar oficialmente. La formación que preside Artur Mas advierte una ocasión propicia para desgastar a Colau y vengarse de la derrota en las municipales de 2015, que acabó con Xavier Trias fuera de la Alcaldía y privó al ex president de un bastión vital para sostener el procés.
En similares términos se expresó el cantautor y diputado de Junts pel Sí, Lluís Llach, quien consideró la ambigüedad de Catalunya en Comú «absurda» y se declaró «decepcionado» tras constatar que su intención es «quedarse al margen». «No puede ser que una fuerza progresista diga que participará pero que el resultado no será vinculante. Que una fuerza heredera del 15-M mantenga esta postura es un engaño, una estafa», abundó.
«Aunque ICV se vista de 15-M, ICV se queda», añadió el parlamentario de ERC Gabriel Rufián, recordando la deserción que la formación ecosocialista ahora integrada en Catalunya en Comú protagonizó poco antes de que se celebrase el 9-N, para impedir a Artur Mas que pudiera jactarse de haber sido capaz de ensanchar la base del soberanismo más allá de sus fronteras naturales.
La huida de Colau supone un golpe todavía más duro para Puigdemont y los ideólogos del referéndum, dada su creciente influencia política en la Cataluña actual. Eso, unido a que ERC es la fuerza mejor situada para imponerse en las próximas elecciones autonómicas y para disputar la Alcaldía de Barcelona a Colau, explica la virulencia de Rufián. «La gente siempre pasa por encima de los políticos» y utilizó un tuit de las juventudes de Societat Civil Catalana que tildaba de «excelente noticia» el no de Catalunya en Comú al referéndum para afirmar: «A mí esto me daría suficiente vergüenza como para replanteármelo todo».
Igual tono empleó la diputada de la CUP Mireia Boya: «Las luchas compartidas, romper el régimen, quitar el poder a la casta, el espíritu insumiso del 15-M, dónde queda eso».