- Anda el tal Sánchez muy ufano presumiendo de que ha pacificado Cataluña. Como todo lo que dice, es mentira
Pau Guix, buen amigo, gran hombre de teatro, exiliado de su tierra como Boadella o Lluís Pascual y escritor de libros imprescindibles como El nacionalismo es el mal, se lo decía este San Jordi pasado a Xavier Rius – cito de memoria – “Habrá un segundo procés porque los separatistas han visto que les sale gratis”. No podría estar más de acuerdo.
Toda esta mala comedia de boulevard en la que se abren y cierran puertas tiene como único fin distraer al personal para que no se dé cuenta de la realidad. Y esta, señoras y señores, no es otra más que en Cataluña a S’ha Acabat los tiene que seguir protegiendo la policía de los criminales encapuchados que les atacan violentamente; que no puedes poner una parada de VOX sin tener en cero coma a unos “improvisados” vecinos que te la rompan con el mismo grito en todos lados, Fora feixistes de els nostres barris; que no puedes lograr ni con la mediación de Santa Rita que a tu hijo se le imparta la educación en la lengua oficial del estado; que para ser cualquier cosa en la administración, o tienes el C-1 de catalán o ya puedes tener cuatro premios Nobel que te dicen que no y acabas por perder tu empleo; que si te ocupan el piso las instituciones defenderán al ocupa, pobret, y a ti te mirarán como a un ricacho miserable y sanguijuela; que si te roban por la calle personas que no nacieron aquí la policía te va a decir que ya es eso; que se considera normal que los medios públicos en esta tierra sigan dando la matraca con los Païssos Catalans, que llaman a Puigdemont exiliado, que cuentan que el 1-O fue poco menos que las matanzas de Sabra y Chatila o que aquí todo el mundo está por el referéndum; que Cataluña va muy bien en economía y creación de empleo – lo soltó Perico Aragonés sin despeinarse en el marco del primer Congreso Catalán del Trabajo -; que, a pesar de los pesares, el personal sigue manifestando una intención de voto que va de lo malo a lo peor, en fin, que la broma continúa viento en popa hasta que a alguien de esos intrépidos patriotas de maletero e indulto se le crucen los cables y volvamos a las andadas.
Odian tanto a España que les pone cachondos saber que la chulean. Se sienten superiores y ese racismo visceral casi nadie tiene pelendengues e denunciarlo
Porque la única verdad que dicen estos tíos del lacito amarillo es que lo volverán a hacer. Vaya si lo harán. Pueden ustedes apostar todo lo que tengan y lo que no tengan, también. Ya no porque vean que con Sánchez sale gratis ser un traidor a la patria, a la Constitución que has jurado defender, a las leyes que incluso regulan el estatuto de autonomía. Lo harán porque lo llevan en su ADN. Odian tanto a España que les pone cachondos saber que la chulean. Se sienten superiores y ese racismo visceral casi nadie tiene pelendengues e denunciarlo. Ni repúblicas, ni federalismo ni democracia. Son totalitarios racistas. El otro día, en un reportaje de televisión acerca de ETA, alguien de quien lamento mucho no recordar el nombre dijo de manera muy clara que la organización criminal jamás fue antifranquista. De hecho, asesinó a muchísima más gente tras la muerte de Franco. Porque ETA era, básicamente, anti española. Por eso hacía lo que hacía, por eso no le importaban ni Franco ni la dictadura como no le importó después el Rey y la democracia. Su odio iba dirigido hacia España. Un odio racial.
Les invito a que asistamos juntitos a la primera Diada que tenga lugar con un gobierno de centro derecha en Moncloa
A estos reyes del fumismo estelado les pasa lo mismo. Odian España y todo lo que huela a españolidad. Y les da lo mismo arrancar una enseña nacional en el Camp Nou que tirar pintura a los militantes de VOX. Como el odio prosigue, de manera violenta en unos y larvado en otros, ojo con eso, el segundo procés al que con tanta inteligencia hacía alusión Pau Guix puede aparecer cuando menos nos lo esperemos. Cuando gobierne Feijoó, por ejemplo. Les invito a que asistamos juntitos a la primera Diada que tenga lugar con un gobierno de centro derecha en Moncloa. Ahí veremos lo pacificados que están.