Editorial, LIBERTAD DIGITAL, 12/9/11
El Gobierno central, sea del PSOE o del PP, no debería dejarse amilanar por los sollozos de una casta que no tiene ningún interés en cumplir y hacer cumplir la ley salvo cuando resulta compatible con su proyecto de construcción nacional.
En un Estado de Derecho son los políticos quienes deben someterse a la ley y no los ciudadanos quienes son aplastados por la discrecionalidad de los políticos. Algo falla, por consiguiente, cuando las normas son respetadas según le convenga al gobernante de turno.
En este sentido, el caso de los nacionalistas catalanes es paradigmático. Después de pasarse semanas poniendo el grito en el cielo porque PP y PSOE, que representan al 90% de los españoles, los dejaban fuera de la reforma constitucional, pasaron a incumplir por enésima vez una sentencia del Tribunal Supremo –que a su vez emanaba de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut– que les inquiría a convertir el español en lengua vehicular dentro del sistema educativo catalán.
Tras el pertinente llamamiento a la desobediencia civil –que incluso se produjo desde los nacionalistas del PSC presentes en el Gobierno de España– volvieron a rasgarse las vestiduras por que el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, se negó a celebrar la Diada tras el boicot de las formaciones nacionalistas a la bandera española (boicot asimismo ilegal). Y, finalmente, al terminar una Diada plagada des hipócritas quejas y abiertos insultos hacia los no nacionalistas, unos jóvenes independentistas han seguido instalados en la ilegalidad quemando banderas de España y fotos del Rey.
Por desgracia, cada vez está más claro que la cesión permanente ante el nacionalismo no ha servido ni para apaciguar su radicalismo ni para integrarlos en España. El Gobierno central, sea del PSOE o del PP, no debería dejarse amilanar por los sollozos de una casta que no tiene ningún interés en cumplir y hacer cumplir la ley salvo cuando resulta compatible con su proyecto de construcción nacional y de enfrentamiento con el resto de España. Cada año nos lo recuerdan con una Diada celebrada de manera sectaria.
Editorial, LIBERTAD DIGITAL, 12/9/11