ABC – 28/01/17
· Contraste El escándalo arruina la estrategia del «hacer y no decir» de la que presumía ERC.
Los enemigos principales del proceso son sus propios promotores. Las revelaciones del ya exsenador de ERC Santiago Vidal relativas a las supuestas prácticas ilegales de la Generalitat para preparar la secesión causaron estupor, tanto en el campo constitucionalista como en el soberanista, donde se admite que el caso es un torpedo contra el proceso. El enfado ayer en seno de ERC y del gobierno de la Generalitat era monumental, un disgusto que llevó primero a forzar la dimisión del exjuez Vidal y luego a tratar de minimizar daños en lo posible, asegurando por todos los medios que el Gobierno catalán se conduce dentro de la legalidad.
La consternación era mayor entre el soberanismo después de que durante esta legislatura, de manera particular en ERC, se hubiese hecho bandera de la discreción y tono poco estridente con el que se han venido trabajando las llamadas «estructuras de estado». Un «hacer y no decir» en contraste con una anterior legislatura, durante el gobierno de Artur Mas, donde las salidas de tono y las broncas eran más habituales.
En el campo soberanista, las acusaciones contra Vidal fueron duras: bien por «bocazas» –aludiendo por ejemplo al fantasioso acuerdo con la OTAN o a la fábrica de helicópteros de suministro humanitario que se instalaría en Cataluña–, bien por imprudente, por destapar, si es que finalmente es así, aspectos nucleares del funcionamiento de la naciente república catalana.
Desmentidos
El consejero de Interior, por ejemplo, negó sus afirmaciones relativas a que un país extranjero está formando a los Mossos en materia de contraespionaje; mientras, desde Justicia se negó que se hubiese encargado a Vidal el diseño de la estructura judicial catalana o la elaboración de informes de idoneidad de los jueces en ejercicio.
El enfado era también manifiesto en el seno de la CUP, al considerar que polémicas como esta lo único que hacen es debilitar el proceso soberanista en un momento clave del mismo. Precisamente, hoy se celebra la decisiva reunión del consejo político de los antisistema que, previsiblemente, dará luz verde a los Presupuestos de la Generalitat, condición impuesta por Carles Puigdemont para no adelantar las autonómicas y seguir adelante con los planes para el referéndum.
Al respecto, la diputada de la CUP Eulàlia Reguant aseguró que su formación no da «ninguna credibilidad» a las declaraciones de Vidal, a quien acusó de «megalómano» y de hacer «un flaco favor» al proceso soberanista, por lo que reclamó que se aparte de la vida política y pública.
«Golpe de Estado»
En paralelo, partidos como Ciudadanos, PSC, PPC y CSQP exigían una catarata de comparecencias parlamentarias, escandalizados por unas revelaciones que colocan el «proceso» en una nueva dimensión. Entidades antisoberanistas como Sociedad Civil Catalana o Concordia Cívica advirtieron de que las declaraciones del exsenador de ERC demuestran «de forma notable» que el Gobierno catalán está preparando «un golpe de Estado».
ABC – 28/01/17