“Now I need a place to hide away, I believe in yesterday” Paul McCartney.
El Gobierno de Sánchez afirma que han conseguido un crecimiento inclusivo. Lo que han hecho ha sido dopar el PIB con gasto y deuda y empobrecer a todos. ¿Igualdad? Igualando a la baja y empobreciendo.
El Instituto Juan de Mariana muestra en un nuevo informe que la subida del SMI es en realidad una medida propagandística que solo busca subir a todos los impuestos al aumentar la base mínima de cotización, sino que tiene un efecto perjudicial sobre el resto de salarios, en un país donde la productividad está estancada.
Al penalizar fiscalmente la productividad y premios el intervencionismo, han conseguido “igualitarismo salarial y empobrecimiento económico”.
Entre 2018 y 2023 el salario mínimo interprofesional ha subido un 26% en términos reales sin que se haya dado ninguna mejora de la productividad. ¿El efecto? En el mismo periodo, el salario más frecuente percibido bajó de casi 16.000 a menos de 14.000 euros.
En varias comunidades autónomas, el salario mínimo es casi equivalente al salario modal. Socialismo de toda la vida.
El Gobierno se vanagloria de una bajada del paro de 600.000 personas, pero los datos reales muestran que no llega a 70.000
El salario mínimo supera el 60% del salario medio en 42 de 50 provincias y el 75% en 34 provincias. En 2024 alcanzó el 78,7% en Ávila, 77,3% en Zamora y 75,8% en Badajoz. En pymes, representa hasta el 90,8% del salario medio en Ávila y más del 85% en provincias como Murcia o Alicante.
Los intervencionistas te dicen que subir el salario mínimo no ha destruido empleo argumentando la cifra de “21,7 millones de afiliados”. ¡Récord de empleo! Sin embargo, es una falacia ya que esa cifra viene de disparar la inmigración, ya que el 75% del nuevo empleo es por inmigración, hay 800.000 pluriempleados y miles de “afiliados” sin casi remuneración.
No es sorpresa, por lo tanto, que el paro efectivo no haya bajado desde 2019 y se sitúe por encima de los 3,4 millones y que la tasa de actividad esté estancada en un 59%.
La subida del SMI en 2019 eliminó hasta 174.000 empleos, y el efecto acumulado 2019–2023 alcanza 210.000, pudiendo llegar a 270.000 en 2024. Cepyme va más allá y estima que, hasta 2025, las empresas de menor tamaño dejaron de crear 350.000 empleos por el incremento indiscriminado del salario mínimo. Solamente en agricultura y empleo doméstico se han destruido 20.000 y 14.000 empleos, respectivamente.
El Gobierno se vanagloria de una bajada del paro de 600.000 personas, pero los datos reales muestran que no llega a 70.000, por la reclasificación de fijos discontinuos inactivos como ocupados, que supone casi el 90% de la bajada vendida por el Ejecutivo. No sorprende que haya nueve regiones donde el número de parados oficiales sea inferior al número de personas que perciben subvención por desempleo.
La realidad de España es un país empobrecido por políticas intervencionistas que tienen un solo objetivo: crear pobres que sean dependientes,
Según el informe del Instituto Juan de Mariana, el gasto en el ingreso mínimo vital se multiplica por nueve y España tiene ya más de siete millones de personas percibiendo subsidios, con un coste anual de 28.500 millones de euros.
El empobrecimiento generalizado es evidente. Los salarios reales netos han caído desde 2019. España es el cuarto país de la OCDE con peor evolución de los salarios en las tres últimas décadas.
Cuanto más se acerca el salario modal al mínimo, se acentúa la tendencia al estancamiento, ya que se “reducen los incentivos a formarse, mejorar profesionalmente o asumir responsabilidades, frenando la movilidad social y alimentando economía sumergida y los empleos precarios”.
La realidad de España es un país empobrecido por políticas intervencionistas que tienen un solo objetivo: crear pobres que sean dependientes, rehenes de un estado depredador.
Los datos reales de España son atroces:
El salario más común apenas supera en 36 euros al mes al salario mínimo. La productividad está estancada y las medidas intervencionistas empeoran con un dato de PIB dopado y PIB per cápita estancado.
El total de personas registradas en el Sepe y que no están trabajando está por encima de los 3,7 millones de parados reales en octubre. 38.993 más que en septiembre. Esto significa que el paro efectivo no se ha reducido en casi nada desde 2019. En septiembre había 740.000 fijos discontinuos inactivos.
El número de solicitudes de prestaciones de desempleo a nivel nacional registradas en el mes de septiembre de 2025 ascendió a 660.086, un aumento del 8,3% sobre el mismo mes del año anterior. En nueve provincias hay más gente cobrando el paro que «parados oficiales».
El paro efectivo superando los 3,4 millones, la afiliación inflada por récord de pluriempleo y contratos sin apenas remuneración, la tasa de actividad estancada, la economía disfrazada por gasto político, deuda e inmigración, un país de asalariados pobres que pierden poder adquisitivo neto real, la inflación por encima de la media de la eurozona a pesar de los cambios estadísticos… La realidad de España es la de un zombi pintado de colores por la propaganda gubernamental.
El único récord que hay en España es el de despilfarro.