ARCADI ESPADA – EL MUNDO – 18/08/15
· La alianza entre la izquierda nacionalista y el nacionalismo conservador que exhibe la lista única del partido único del editorial único del pensamiento único supone la culminación de un esfuerzo de muchas décadas. El pionero del esfuerzo, a partir, sobre todo, de la década de los sesenta, fue el Partido Socialista Unificado de Cataluña. Cuando se dice que el número uno de la lista única, Raül Romeva, no es un comunista, se dice algo verdadero. De comunista, el Psuc no tenía ni el nombre y Romeva es un suquero de ley. Aunque algo menos, desde luego, que la número tres de la lista, Muriel Casals, que fue del Psuc y de Bocaccio.
El Psuc ha sido y es la intelligentsia del nacionalismo. La política de integración, la política de inmersión lingüística, la política del apoderamiento social y la política de comunicación (TV3 es su obra cumbre) que practicaron los sucesivos gobiernos pujolistas fue diseñada por el Psuc. Cuando los socialistas alcanzaron la hegemonía de la izquierda una gran parte de suqueros emigró a Convergència y a sus nóminas. Fue entonces cuando el Psuc perdió para siempre su irrelevante apéndice, esta P de partido que nunca tuvo un sentido prioritario, para ser a secas el suc, el jugo, es decir, el líquido amniótico de Catalunya.
El suc fue haciendo laborioso y subterráneo su camino e incluso se exhibió sin vergüenza en alguna batalla política. La más importante y violenta fue la de las elecciones municipales de 1987, donde el olímpico y brillante Pasqual Maragall ganó por muy poco al candidato nacionalista Josep Maria Cullell. Éste, que hizo una gran campaña, obtuvo un inesperado y sombrío apoyo de la campaña miserabilista Aquí hi ha gana que puso en marcha la izquierda barrial. Aunque la pinza contra Maragall fracasó, el suc mostró su vigencia y su poderosa capacidad de intervención política.
El proyecto soberanista es la gran obra terminal del suc. Al nacionalismo orgánico el proceso añade la utopía (el paraíso en tierra); la insurgencia (grato consuelo de unas generaciones que mataron a Franco a golpe de heces en melena), y el diseño (siempre fueron hábiles en esa materia). La lista única es la materialización política de un trabajo social largo y profundo. Su truco y su mayor estafa son, precisamente, los de su presunta pluralidad. Y su interés analítico el que se deriva de la síntesis entre dos formas de comunitarismo empeñadas, en efecto, en el advenimiento de una sociedad de hombres iguales.
Luego está la cosa sintética catalana y es que del suc deriva el sucar-hi, que es como el fino estilista Josep Carner llamaba al chupar del bote.