…Gotzone Mora explicó que tenía que pagar de su bolsillo el teléfono Movistar del Foro Ermua del que hoy es secretaria. Quién iba a decir que la palabra Movistar iba a pasar a la historia de la resistencia democrática vasca.
El Foro Ermua nació un viernes 13, el de febrero de 1998, y hasta el sábado 14 no pudo llegar a los periódicos. Para mí siempre fue un insondable misterio de la oficina de Correos cómo pudimos encontrar una veintena de cartas en el apartado postal el mismo lunes día 16; cartas escritas por ciudadanos que mostraban su entusiasmo por esa iniciativa que supondría la explosión del movimiento cívico en el País Vasco. Recuerdo perfectamente una de aquellas emotivas cartas en las que un jubilado explicaba su total identificación con aquel segundo punto del manifiesto fundacional del Foro en el cual podía leerse: «Sentimos como un agravio constante la colaboración de las instituciones que nos representan con quienes sustentan y alientan el fascismo, no habiendo dado otro fruto esta condescendencia sino un incremento constante de la coacción, el miedo y la muerte». El hombre contaba en su carta cómo ese ambiente de «colaboración y condescendencia» se hallaba tan extendido y conformaba de tal modo el discurso de un buen número de políticos y medios de comunicación que había días en que su mujer se sentía preocupada al verlo dar vueltas indignado y desesperado por el pasillo de su casa y en que él mismo se llegaba a preguntar si no estaría loco o equivocado: «Qué bien que están ahí ustedes para decirme que no soy yo el único que siente y piensa así, que no estoy loco, que no estoy equivocado, que no estoy solo».
Me he acordado de aquellas cartas esta semana durante las entrevistas que Cristina López Schlichting y Federico Jiménez Losantos le han hecho en la Cope a Gotzone Mora y con motivo de la cuenta que abrió esa emisora para compensar la decisión del Gobierno vasco de negar las ayudas al Foro Ermua, Covite y la Fundación Gregorio Ordóñez, iniciativa que ha sido secundada por este mismo diario. Me acordé de esas cartas al escuchar las voces de ciudadanos anónimos que llamaban para aportar lo que podían cuando Gotzone Mora explicó que tenía que pagar de su bolsillo el teléfono Movistar del Foro Ermua del que hoy es secretaria. Quién iba a decir que la palabra Movistar iba a pasar a la historia de la resistencia democrática vasca. Yo creo que lo grande que tiene Gotzone y lo que resulta demoledor para quienes la calumnian es esa naturalidad para hablar de su teléfono móvil y pronunciar la palabra Movistar en antena. En ese momento el ciudadano que oye la radio sabe que esa mujer no miente. Lo sabe esa viuda mayor con dos hijos y con una pensión de 66.000 pesetas que quería ingresar seis euros. Como aquellas cartas de febrero del 98, ese ingreso de seis euros vale más que todas las ayudas de todos los gobiernos vascos y no vascos. Por esa gente merece la pena quedarse en Euskadi por muchas querellas que nos ponga el tétrico Gobierno de Ibarretxe. A esa gente, gracias.
Iñaki Ezkerra, LA RAZÓN, 10/9/2004