El tercerismo eclipsado

IGNACIO CAMACHO, ABC – 20/08/14

· La vía tercerista moderada se estanca porque Podemos ha planteado una dialéctica de ruptura: sistema y antisistema.

Se han estancado. La irrupción del meteorito de Podemos en la atmósfera política española ha oscurecido el brillo de UPyD y su alternativa de tercerismo moderado. El deslizamiento populista con el que venía coqueteando Rosa Díez ha encallado frente a una propuesta de ruptura radical que convierte en «casta» a todo lo que no está de su parte.

El demagógico carisma televisivo de Pablo Iglesias eclipsa cualquier liderazgo intermedio; ha logrado situarse en solitario al otro lado de una raya que él mismo ha marcado con su dialéctica antisistema. Su éxito creciente se basa en una estrategia bipolar que fagocita las vías intermedias y amenaza con cobrarse víctimas sucesivas. Tiene a medio merendar a IU, va a por el PSOE y está a punto de convertir en irrelevantes a las nuevas corrientes centristas. El voto de protesta contra el bipartidismo ha encontrado un catalizador más potente que conduce, paradójicamente, a otra configuración bipartidista que es a la que aspiran los promotores de la nueva fuerza insurgente. Ellos frente a los demás.

En ese contexto de dualidades a UPyD no le va a bastar con sumar sus fuerzas a las de Ciudadanos, como ha propuesto con sensatez el respetado e inteligente eurodiputado Sosa Wagner. En todo caso la confluencia puede ya llegar tarde; juntos habrían superado a Podemos en las europeas y minimizado su eclosión. Pero la formación de Albert Rivera tiene el mismo problema excepto en Cataluña, donde la parálisis de los dos grandes partidos nacionales le ha permitido constituirse en dique frente al soberanismo. La cuestión de fondo es la radicalización del cuerpo electoral moderado, el verdadero fenómeno reciente de la sociología española. La fórmula tercerista se está diluyendo porque la opción ya no es entre PP y PSOE sino entre sistema y antisistema.

La unión con C’s, de quienes solo los separan cuestiones de liderazgo personalista, puede ser para el partido de Rosa Díez una prioridad táctica, pero ambas organizaciones necesitan una redefinición estratégica. Su misión es demostrar que existe un espacio para el reformismo prudente, lejos del populismo extremista. Son organizaciones próximas al centro-izquierda, susceptibles de atraer el descontento de los votantes más liberales del PP y de los menos dogmáticos del PSOE, y tienen un papel decisivo para limitar el corrimiento de tierras que Podemos está provocando en el territorio político.

La dificultad consiste en convencer a los desencantados de que aún quedan vías institucionales de regeneración sin caer en la ruptura catastrófica, en la desestabilización revolucionaria del régimen.

Pero han de despertar, y pronto, bajo riesgo de que se los trague la oleada rupturista que está devorando sus perspectivas de crecimiento. Y entender que como dice el bloguero Martín Domingo, militante de UPyD, hay algo peor que morir de éxito. Y es morir de éxito… relativo.

IGNACIO CAMACHO, ABC – 20/08/14