Fermín Bocos, LA ESTRELLA DIGITAL, 25/6/2011
El PNV ,partido que en una maniobra muy arriesgada ha favorecido el copo por parte de «Bildu «de las instituciones guipuzcoanas, puede que haya cometido un error estratégico colosal dando alas a una organización que impulsa un proyecto político totalitario, que no condena el terrorismo ni pide perdón a sus víctimas y que habla de un final de la «violencia» sin «perdedores ni vencedores».
La caída en manos de «Bildu» de las dos instituciones más importantes de Guipúzcoa -la Diputación y el Ayuntamiento de San Sebastián-, es un hecho político que va más allá de cuanto podamos avizorar a los pocos días de haberse producido dado que detrás de esta coalición, según sentencia del Tribunal Supremo, está la ilegalizada Batasuna, brazo político de la organización terrorista ETA. Cualquier palabra acerca de la responsabilidad histórica contraída por los miembros del Tribunal Constitucional que avalaron la legalización de esta franquicia de Batasuna, sería ya una palabra de más, pero quiero pensar que un ciudadano con la sensibilidad que caracteriza a Pascual Sala, presidente de tan alto tribunal, como poco, habrá sentido cierta desazón al escuchar que Martín Garitano, flamante presidente de la Diputación de Guipúzcoa, hacía suyo el discurso tradicional del mundo «abertzale» totalitario hablando del «conflicto» y de los «presos» -eufemismos con los que los proetarras a lo largo de los últimos cincuenta años han pretendido justificar en términos políticos los centenares de asesinatos perpetrados por la banda.
La legalización de «Bildu» anuncia consecuencias de inquietante recorrido en el panorama político vasco. En la calle, y, no sin fundamento, ha cobrado voz la especie que asegura que sin la intervención de Rodríguez Zapatero la decisión del TC habría sido otra: nunca habría dado el paso de revocar la sentencia del Supremo. También se dice que ZP quiere lograr «como sea» la foto que refleje el final de la ETA; sueña con ese colofón para paliar la retirada tan escasa de glamour que le ha deparado el destino a partir de su errática forma de gobernar España.
Sea o no cierta esa obsesión, lo predecible es que la banda como tal no se va a disolver precisamente ahora, cuando sus terminales acaban de cosechar el mayor triunfo político de su historia.
Con Guipúzcoa como «cabeza de puente», el siguiente paso será presentarse a las elecciones legislativas. Y, por ese camino-albardado de recursos de todo tipo merced a los miles de millones que administra la Diputación de Guipúzcoa- intentarán arrebatarle al PNV la hegemonía política en las otras dos provincias vascas. Después ,si les dejan, en compañía de Aralar, irán a por Navarra. El PNV ,partido que en una maniobra muy arriesgada ha favorecido el copo por parte de «Bildu «de las instituciones guipuzcoanas, puede que haya cometido un error estratégico colosal dando alas a una organización que impulsa un proyecto político totalitario, que no condena el terrorismo ni pide perdón a sus víctimas y que habla de un final de la «violencia» sin «perdedores ni vencedores». Mal asunto. Tengo para mi que Zapatero y Urkullu , le han entregado al tigre la llave de la jaula.
Fermín Bocos, LA ESTRELLA DIGITAL, 25/6/2011