Del Blog de Santiago González

El mentiroso que nos preside puso un broche de oro a su ejecutoria en el último concierto de autobombo del estado de alarma, sus últimas mentiras por el momento. Empecemos por las contantes: 28.000 fallecidos y 450.000 vidas salvadas. No hubo asunción de responsabilidad. Los muertos eran más. “Esos 13.000 fallecidos que nos quedan por ahí”, dijo el portentoso Simón, un poco a ojo de buen cubero, que es lo que él entiende por afinación. Cuando Pedro el Salvador contó en el Congreso el número de salvados gracias a la declaración del estado de alarma, el diputado navarro García Adanero replicó que si él era el responsable de haber salvado 450.000 vidas por habernos confinado, será también el responsable de no haberlo hecho dos semanas antes y de los fallecidos que por ese retraso hemos tenido.

El doctor Calamidad puso la legendaria mirada de la vaquita viendo pasar el tren. Mientras, ‘The Economist’ publicaba un informe de su unidad de inteligencia que situaba a España en el último lugar entre los países de la OCDE en su respuesta a la crisis sanitaria. Como presidente es un desastre, pero qué gran futuro habría tenido si hubiese sabido aprovechar sus poderes salvíficos para hacer bolos por las Uvis de los hospitales imponiendo las manos a enfermos desahuciados y sanarles por el tacto.

El último autobombo tuvo como elemento central su llamamiento a la unidad: “que España se entienda con España”, dijo uno de los gobernantes que con más ardor se ha empeñado en que hubiera dos Españas y que fueran irreconciliables: “No es no” fue su sentencia para regular su relación con el entonces presidente Rajoy. “¿Qué parte del no no entiende?” Dice que hay que avanzar en la unidad, que hay que unir fuerzas y que lo eficaz es cooperar. ¿Qué entiende por unidad? Que la oposición secunde sus propuestas sin rechistar. A ver, quién discutiría que es mejor tener un presupuesto que no tenerlo. Pues depende, dígame qué presupuesto. Si es uno que responda a los sueños húmedos del presi y su vicepresi segundo, sería mejor seguir tirando del que nos dejó Montoro. La unidad para la reconstrucción va a dejar en mejor situación a Italia que a España, los dos últimos europeos. Comparen el currículo de Vittorio Colao, su experiencia como empresario de primerísimo nivel, con Patxi López y su adjunto, ese Enrique Santiago que sueña con hacer a la familia real española lo mismo que Lenin a los Romanov. Yo creo que Italia va a salir mejor, quizá sean prejuicios.

Sería buena la cooperación para pedir la pasta gansa que esperamos recibir de Europa, pero es casi seguro que antes de soltar un euro los médicis europeos van a querer saber en que piensa gastarlo el Gobierno de progreso.

Es natural. En situaciones como esta habría que inspirarse en el magisterio de una maestra de mi pueblo, Josefina Azofra, de la que ya he escrito alguna vez. Ella era la voz cantante de la Cofradía de las Damas del Ropero de San Vicente de Paul, que se reunía todos los domingos con el cura para subvenir las necesidades más perentorias de los pobres locales. Un día, al salir aquellas buenas mujeres de la iglesia se encontraron con Matiotas, un mendigo borrachín que les imploraba una limosna “por amor de Dios”. Doña Josefina se mostró sabia y firme: “A ti no, Matías, que te lo gastas en vino”.