El umbral del perdón

DIARIO VASCO, 2/10/11

Tres víctimas del terrorismo hablan del futuro que se abre ante ellas tras la decisión de ETA de abandonar la violencia

Alguien ha dicho que la decisión de ETA de abandonar definitivamente la violencia ha dado paso a un nuevo tiempo que nunca se ha vivido en el País Vasco y del que no existen precedentes. Se dice que habrá que inventar sobre la marcha y palabras como reconciliación, perdón, excarcelación, arrepentimiento y normalización sobrevuelan todavía huecas un territorio inexplorado que nunca ha conocido la paz.

Se ha abierto una puerta. Los vascos se detienen ante el umbral, otean lo que aguarda al otro lado y no saben muy bien cómo dar el paso hacia un futuro desconocido cuya única certeza es que será diferente. Ha llegado el momento de dar contenido a las palabras y es aquí donde las víctimas del terrorismo tienen algo que decir.

Ellas también esperan ante ese mismo umbral mientras a su alrededor oyen voces que les reclaman generosidad y perdón. Algunas se niegan, otras no saben qué harían si un día miraran a los ojos de los asesinos y las hay que creen necesario hacer un esfuerzo de reconciliación.

Laura Martín es la viuda de Juan Carlos García Goena, un objetor de conciencia asesinado el 24 de julio de 1987 en Hendaia por los GAL, que le confundieron con un etarra. Nadie ha sido condenado por el atentado.

Ana Iribar es la viuda de Gregorio Ordóñez, concejal del PP en San Sebastián que fue asesinado el 23 de enero de 1995 de un tiro en la nuca mientras comía en un bar. Sus asesinos, Valentín Lasarte, Xabier García Gaztelu y Juan Ramón Karasatorre, están en la cárcel.

Bárbara Dührkop es la viuda del senador socialista Enrique Casas, asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas el 23 de febrero de 1984 en San Sebastián. Los autores del atentado -Pablo Pego Gude, José Luis Merino Quijano y Rosa María Jimeno- fueron detenidos un mes después.

Las tres viudas lloraron cuando leyeron el último comunicado de ETA.

DIARIO VASCO, 2/10/11