ANTONIO BURGOS – ABC – 14/02/16
· El Reino de España está a pique de un repique de caer en un Frente Popular de Perdedores y Separatistas.
Al Tertulianés le pasa todo lo contrario que al Latín. El Latín es una lengua muerta que, excepción hecha del «Salve Regina» y del «Tantum ergo», ya casi no utiliza ni la Iglesia, institución que hasta el empacho e indigestión posterior al Concilio Vaticano II, donde los curas cogieron la salmonelosis de las lenguas vernáculas, fue el gran conservatorio del idioma de la Roma clásica. El Tertulianés es todo lo contrario al Latín: no una lengua muerta, sino vivísima. Tiene hasta sus propios arcaísmos. Palabras que estuvieron de moda y cayeron en desuso.
Por ejemplo, «gobernanza». ¿Se acuerdan cuando a los tertulianos (que ahora saben del zika tanto como hace poco de la gripe A) no se les caía de la boca la palabra «gobernanza»? Bueno, pues ahora que es cuando de verdad nos hace falta, para que gobiernen los que han ganado y no tengamos un Gobierno de Perdedores, se han olvidado de la palabreja y aquí no es que no tengamos a la vista gobernanza lógica alguna de los que ganaron, sino que el Reino de España está a pique de un repique de caer en un Frente Popular de Perdedores y Separatistas como una catedral.
Hay otro arcaísmo del tertulianés que ha caído en desuso en mucho menor tiempo. ¿Se acuerdan cuando en los alrededores del 20-D, antes del sorteo de la lotería electoral donde le cayó el «gordo» a Pablo Iglesias, todos los tertulianos hablaban de «los partidos emergentes»? Pues contradictoriamente, ahora que han saltado al ruedo ibérico, pegando cornás, ya nadie habla de «los emergentes». La verdad es que los partidos emergentes, como los mandamientos de la Ley de Dios, se encierran en uno: en Podemos. Ciudadanos es también emergente. Pero muy poco. Lo menos que se despacha en emergente.
La mitad del cuarto de emergente. Y hay otro emergente que no es un partido, sino un señor particular. Bastante particular. Ese Sánchez que no sé por qué no quiere que le mentemos su segundo apellido, Castejón, como a Rodríguez lo llamábamos por el segundo, Zapatero. Este emergente va por la senda onomástica de González, que parece que hasta se borró del DNI el Márquez de su señora madre.
A lo que iba. Que no todos los emergentes han sido emergentes y que los que parecía que iban de sumergidos, glup, glup, como el PSOE de un Pedro del coche de Los Picapiedra al que todo el mundo le andaba buscando la rueda de repuesto con la piedra de molino de Susana Díaz… Que los dos emergentes, Ciudadanos y Podemos, se han quedado en uno. Y que el papel emergente de Ciudadanos se lo ha apropiado Sánchez.
Yo creo que como los rateros les quitan el bolso a las turistas: por el procedimiento del tirón. ¿Del tirón electoral? En absoluto. Para tirón electoral, el de Rajoy, ya sumergido por los emergentes, glup, glup, que sacó 7 millones de votos, 7, y fue el partido más votado en el 20-D a pesar de Bárcenas, de la Gürtel y de la leche que mamó Arriola. Y a pesar de ser «de facto» la tercera legislatura de ZP: sin haber derogado ni una sola ley sociata de las de dividir la sociedad y resucitar las dos Españas, y dándole como vergüenza ejercer la mayoría absoluta. Rajoy pasará a la Historia como titular de la mayoría absoluta más desaprovechada e inédita.
Los emergentes, que son Pedro y Pablo (qué apostólicos me han salido estos dos agnostiquetes en la España laica) serán los que después que Rajoy se haya limpiado en las cortinas de sus 7 millones de votantes, 7, echen al sumergido PP por la ventanilla de emergencia. Lo malo es que el propio Rajoy se ha encargado de romper el cristal de la ventanilla para llevarnos al Frente Popular que presagió hace muchos años mi admirado Mayor Oreja, sin que nadie le echara cuenta. ¿A que va a resultar que los emergentes eran la resurrección del Frente Popular por parte de Pedro y Pablo, con Mariano sumergido en las profundidades abisales de las que ya no se sale?
ANTONIO BURGOS – ABC – 14/02/16