Grupos como KAS, EKIN o XAKI, además de Batasuna, no son el entorno de ETA, están en el centro del crimen. Los nacionalistas han negado sistemáticamente esa evidencia, y lo seguirán haciendo porque su colaboración con estos grupos es la única manera de dialogar con ETA y sumar presión hacia los mismos objetivos sin que sea moralmente impresentable.
La sentencia de la Audiencia Nacional frenará el gran fraude del entorno etarra. Pero no acabará con él. Quienes han colaborado con ese fraude, los nacionalistas especialmente, y el PSOE en su proceso de negociación, sabían desde hacía mucho tiempo lo que la sentencia ha establecido. Que grupos como KAS, EKIN o XAKI, además de Batasuna, están en el corazón de ETA. En el centro del crimen. Que no son el entorno de ETA, como leyó ayer la magistrada Ángela Murillo, sino sus entrañas.
Los nacionalistas han negado sistemáticamente esa evidencia y lo seguirán haciendo con la sentencia en la mano porque su colaboración con estos grupos es la única manera de dialogar con ETA y sumar presión hacia los mismos objetivos sin que sea moralmente impresentable para la sociedad vasca y para la democracia o sin que las pistolas sean completamente visibles. Y, en su caso, es la mejor manera también de quedarse con los votos de ETA. Entre una alianza con ETA o una alianza con los partidos «españoles» los nacionalistas tienen clara su opción. Ni Zapatero ni el español más proclive a sus demandas recibirá jamás la ovación que Pernando Barrena sí recibió el pasado fin de semana en el Congreso de EA. También le gritaron «asesino», pero fueron minoría. La gran mayoría le aplaudió. No porque ignoraran su pertenencia a ETA sino porque es secundaria respecto a lo esencial, su radicalismo nacionalista.
La completa penetración de ETA en la sociedad vasca se ha realizado a través de la acogida y la colaboración que los nacionalistas han dado a estos grupos en todos los espacios de la vida vasca. Y el gran salto atrás de la lucha antiterrorista se produjo cuando el PSOE tomó el mismo camino en la negociación. Tampoco porque desconociera que Batasuna era ETA sino porque quería pactar con ETA y el único medio para hacerlo presentable socialmente era a través de Batasuna y la Mesa de partidos. Es decir, colaborando en el gran fraude, con la misma estrategia que los nacionalistas.
Si pretenden montar una nueva Mesa de partidos, tendrán al menos que atenerse a la sentencia y llamarle como corresponde: la Mesa con ETA.
Edurne Uriarte, ABC, 20/12/2007