- Así rezaban los carteles que los nazis colgaban para avisar del peligro de contaminación racial. En Cataluña pasa con los castellano parlantes
Reproduzco literalmente algunos de los miles de tuits que los separatistas han publicado a propósito de la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña acerca de impartir el 50% de las horas lectivas en español en la escuela El Turó del Drac, sita en Canet de Mar, a raíz de la denuncia presentada por la familia de uno de los alumnos, de P5A. Recordemos que ya existe sentencia firme para que se impartan en español el 25% de las clases y que el gobierno catalán ha manifestado que no piensa acatar dicha sentencia. También se han sumado a la insumisión profesores separatistas. Para calibrar lo que pasa en mi tierra, más allá de escenografías y cobardes con escaño, lo mejor es leer lo que piensan y dicen púbicamente los socios de Sánchez. Ahí va un pequeño ramillete:
«Me apunto para ir a apedrear la casa de ese niño», «No queremos supremacistas castellanos que nos odien», «Que se vayan de Cataluña», «Apartheid a la familia que quiere destruir nuestra escuela y nuestro modelo», «No sois bienvenidos, porque no amáis a Cataluña», «Marcharos por donde habéis venido», «Más de dos millones de personas salimos a la calle a pedir libertad, independencia y un estado catalán en forma de república, votamos Sí el 1-O defendiendo el voto con sangre, y ahora cuatro hijos de la gran puta nos entretienen con Netflix y cuotas de catalán», «Aviso a quienes quieran que sus hijos tengan un 25% de educación en castellano: hay miles de ofertas mejores, cien por cien en castellano, solo han de inscribirlos en escuelas de fuera de Cataluña. No sufrirán ellos ni nosotros».
Son racistas hasta la médula y no quieren cambiar ni tienen la menor intención de abdicar de su Reich, en el que ellos dicen que se acata y que no, a quien se apedrea y a quien no
Sigo: «Los padres del resto de niños deberían hacer que crío de esa familia se quedara solo en clase. Los niños catalanes, en casa hasta que se arregle. Y así en cada sitio que suceda», «Pronto los catalanoparlantes estaremos en reservas como los sioux», «Ojalá una asignatura en la escuela catalana que se titule: como responder a una amenaza de manera contundente y no de manera lúdica o festiva, con el objetivo de que no te tomen el pelo y aprendan a respetarte», «Nombre de la familia y dirección, por favor», «Puñetazo en la garganta», «Una buena repasada a los padres».
Más: «Cuando la liamos parda con el Tsunami fue el único momento en que se cagaron de verdad», «Cero por ciento en castellano», «Vamos hacia una ñordización de la escuela», «Los españoles y sus colonos no integrados se ríen porque no reciben una respuesta física contundente, la única cosa que entienden», «Nos están imponiendo una dictadura», «Laura Borrás, ayúdanos desde la política», «Hay que aprender a dar patadas en los huevos», «Yo no quiero ser educada, a tomar por el culo todo lo que venga de Madrit«, «Los españolistas da igual que sean de derechas o de izquierdas, son la misma mierda».
Aquí lo dejo, porque la náusea que me asalta es tan profunda que resulta difícil superarla. Sepan, además, que estos tuits están escritos, en buena parte, por periodistas que trabajan en medios de amplia difusión, por personajes vinculados a las organizaciones separatistas de esas que se autodenominan como sociedad civil, por gente que trabaja en la administración autonómica, incluso por algún que otro mozo de escuadra. Es decir, gente de la que se espera que vaya un poco más lejos intelectual y humanamente del sórdido calentón de consumidor de vino peleón y escupitajo en el suelo. Pero no. Es que son así, piensan así, son racistas hasta la médula y no quieren cambiar ni tienen la menor intención de abdicar de su Reich, en el que ellos dicen que se acata y que no, a quien se apedrea y a quien no, que familias se estigmatizan y cuales no.
Lo mismo que hicieron los nazis con los judíos, solo que aquí, de momento, todavía no nos llevan a campos de exterminio. Es la única diferencia, porque la idea es exactamente la misma: no piensas como yo, ergo hay que marginarte, expulsarte, apedrearte, insultarte y discriminarte. Da igual que seas anciano que niño, un médico que albañil. Que el sano Volk catalán te demuestre el asco que le das.
Heil, Cataluña.