Ángel Gabilondo concurre al 4 de mayo con una triple etiqueta: “Soso, serio, formal”. Hay una inevitable referencia al epitafio que John Wayne quería grabar en su lápida llegado el momento: “Feo, fuerte, formal”. No hubo tal. Era una de tantas leyendas con ‘spoon river’ ingeniosos, pero falsos, como el “perdonen que no me levante”, en la tumba de Groucho.
El ‘soso, serio, formal’ huele a factoría Iván Redondo. Plagiado y falso. El candidato socialista para Madrid solo se parece al Duque quizá en lo ancho. Recuerden una de las grandes secuencias de ‘El hombre que mató a Liberty Valance’ en la cantina del sueco. El papel del malo en este ‘remake’ sería para Pablo Iglesias, un villano de chichinabo, cómo compararlo con el gran Lee Marvin. Pues imaginen ustedes a Gabilondo diciendo: “Ese es mi bistec, Moños”. Cosas que no pueden ser ni pueden entenderse, por mucho apego que le tengamos a la épica.
Podemos ha difundido en la red la entrevista que le hizo Jesús Cintora en La UNO con el rótulo ‘Pablo Iglesias en la TV PÚBLICA’. Esto lo dicen así por el prestigio exagerado que para ellos tiene el concepto de lo PÚBLICO. No puede sostenerse de manera universal. Decir televisión pública cuando se quiere hablar de un programa de Cintora que para más inri se llama ‘Las cosas claras’ es como creer que se exalta la condición de la mujer al hablar de las mujeres públicas.
“Es más que probable que cuando se investigue de verdad a la señora Ayuso sea imputada y acabe en prisión” le dijo a su anfitrión. ¿Con qué argumentos? Exactamente con los mismos que empleó un segundo después para contar: “Me decía un amigo gay el otro día: “Si gana Ayuso me voy a vivir a Valencia porque empiezo a notar otra vez que en Madrid hay presión homófoba, que a mi chico y a mí nos han dicho cosas por la calle”. Hombre, hace ya 26 años que el PP gobierna Madrid, ¿y ahora le vienen las prisas?
Dice que le dicen: “mira yo no he votado a Podemos nunca pero ahora os voy a votar porque hacía falta ese gesto”. Testimonios apócrifos e improbables, un recurso que usa desde que era tertuliano. “Ahora, con la Tuerka tenemos argumentos”, le decía la gente por la calle a punto de besarle las manos, y todo en este plan. “Miente más que habla”, dijo de él Pedro Sánchez y es probablemente la única verdad que ha dicho en su vida adulta un extraordinario especialista. Fingió despego, el mismo que mostró ante Évole en octubre de 2014: “Si no gano las elecciones a lo mejor me voy”.
Repitió que Yolanda Díaz será la próxima presidente de España (sic). El pasado miércoles hice un retrato acabado de la mejor ministra de Trabajo, aunque no sabía lo que son los ERTEs.
Hubo incluso un homenaje a su padre al decir (era el día del Padre) que consultó con él su decisión de dimitir para concurrir a las elecciones madrileñas y ahí hubo un punto en el que pareció sincero: “Si algo me ha hecho a mí feliz en la vida es que mi padre esté orgulloso de mí y haber conseguido eso es lo mejor que puede tener un hijo”. Hombre, Pablo, quien siembra, recoge y ese orgullo paterno-filial es un ‘do un des’, un camino de ida y vuelta. Estaba obligado a devolverte el orgullo que tú pregonabas por tener un padre del FRAP. Salvo que se haya arrepentido mucho, y no parece, es lógico que un frapero se sienta orgulloso de ver que en su único hijo ha prolongado el eco de la sangre a que responde, que le haya salido como tú.