HERMANN TERTSCH – ABC – 20/02/16
· Ya no hay soluciones buenas, y la única victoria posible consiste en evitar la tragedia.
Esperemos que David Cameron no entre en la historia por haber protagonizado la ruptura tanto de Europa como del Reino Unido. Sería demasiada catástrofe para un solo hombre. Sentencias como esta se escuchaban ayer mucho a la vista de las inmensas dificultades en que había encallado la cumbre en busca de una fórmula para que el Reino Unido permanezca en la UE después de un referéndum a celebrar previsiblemente en junio próximo.
Es ya evidente que el referéndum llega en un momento que no podría ser peor para los intereses comunes de una Unión asediada por gravísimos problemas, desavenencias y una terrible caída de la confianza en Europa. Por primera vez se habla no de estancamiento, sino del posible final del proceso y la ruptura de esta comunidad de Derecho, la más grande y la más prospera, pero también quizás muy efímera. Los jefes de Estado y gobierno se declaraban ayer confiados en salvar el escollo, evitar la salida del Reino Unido y lograr algo de serenidad para restablecer un equilibrio en la cuestión de refugiados y reformas. Pero todos saben que la precariedad es ya absoluta.
Lo cierto es que ayer el Consejo europeo intentaba vestir al Reino Unido con un traje que le gustara al votante británico, pero hecho con pedazos de tela que se le estaban cortando al abrigo común de la unión. Y que van dejando demasiadas partes del cuerpo común mal cubiertos o ya a la intemperie. Y por esos huecos pueden empezar a surgir exigencias de otros países.
De otorgarles a ellos los mismos privilegios que el Reino Unido consigue bajo amenazas, como el trato discriminatorio para extranjeros comunitarios, la UE podría sumar otra debilidad letal a las muchas que se ciernen sobre ella, con la inmigración y los conflictos resultantes a la cabeza. Grecia irrumpió ayer para exigir beneficios propios en la cuestión migratoria. Se viste un santo desnudando muchos y lo único claro que es la UE ha entrado en una fase en la que no hay soluciones buenas y que las únicas victorias ya posibles están en evitar la tragedia.