Encarnación Carrillo: «No puedo vivir en un país en el que se maltrata y humilla a las víctimas»

EL CORREO 16/11/13

· Encarnación Carrillo, pareja de Manuel Indiano, tiroteado por ETA en Zumarraga en 2000, fue una de las personas que increpó a ‘Kubati’ al salir de prisión.

Encarnación Carrillo, compañera sentimental de Manuel Indiano, edil del PP de Zumarraga tiroteado en su comercio el 29 de agosto de 2000 por tres miembros de ETA, fue una de las decenas de víctimas de la banda que se concentraron el jueves ante la prisión gaditana de Puerto I para mostrar su repulsa por la excarcelación de José Antonio López Ruiz, ‘Kubati’, tras la derogación de la ‘doctrina Parot’.

El preso salió del penal a las 22.00 horas acompañado por su abogado y dos familiares, en medio de los insultos y zarandeos de los concentrados. El exetarra fue recibido ayer discretamente en Elorrio, donde habían sido colgadas algunas pancartas de de bienvenida, y pasó la mañana en el domicilio familiar, sin que se le viera pasear por el pueblo.

Encarnación Carrillo estaba embarazada de siete meses cuando se produjo el atentado y dos años después se marchó de Zumarraga. «No quería encontrarme con los terroristas o sus cómplices por donde yo vivía», afirmó ayer en declaraciones a este periódico. «Llevo desde entonces viviendo en Cádiz», subraya.

Tras conocer que la excarcelación de ‘Kubati’ era cuestión de horas, acudió a la prisión para acompañar al hermano de un asesinado por ETA. «Nos parece totalmente injusto que salga de la cárcel sin haber cumplido íntegramente su condena», señala. «A mí me hubiera parecido hasta bien que se hubiera muerto en prisión». La viuda de Indiano reconoce que el límite de internamiento está fijado en 30 años, pero considera necesario reformar el Código Penal para que se pueda aplicar la cadena perpetua.

Momentos de tensión

La llegada de un vehículo al aparcamiento de la cárcel ocupado por tres allegados del etarra provocó el jueves los primeros momentos de tensión. «Llegaron con la cara tapada y acobardados. Les lancé gritos de cobardes y asesinos, y les recriminé que entre tres terroristas mataron a mi marido», reconoce Encarna-

Rezabal, en una comida después de ser excarcelado el jueves. ción. Justifica esos momentos con el argumento de que «nadie puede sentir lo que siente una víctima». «Todo me parece una pesadilla», lamenta Carrillo, quien tiene duras palabras para Mariano Rajoy: «Podía haber luchado más». La viuda de Indiano elude decir a qué partido votará, pero resalta: «Yo lo que puedo asegurar es que quizá no esté en España cuando sean esas elecciones. No puedo vivir en un país en el que a las víctimas se las está maltratando y humillando».

 

Urkullu rechaza imponer un «plus de castigo» a los exreclusos.

El lehendakari subrayó ayer en el Parlamento vasco que «ETA nunca debió haber existido», pero también dejó claro que no está dispuesto a imponer «un plus de castigo» y sin «ningún precedente legal» a quien ya ha cumplido su condena. Iñigo Urkullu respondía de esta manera a la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, quien, previamente, le había exigido que lidere un «reproche social permanente» contra los exreclusos de la banda.

La dirigente popular denunció que las excarcelaciones de terroristas que no han mostrado «arrepentimiento alguno» generan «un inmenso dolor y desconcierto social». Por ese motivo, destacó la necesidad de que el lehendakari actúe con «altura de miras» ante esta situación.

El lehendakari recordó al PP que ya se ha quedado «solo» en los ayuntamientos en los que ha planteado que se establezca un «reproche social» a los exreclusos de la banda de cada localidad, por lo que rechazó embarcarse en una propuesta que «ahonda en las diferencias» entre los partidos.

Urkullu atribuyó la posición del PP vasco en este asunto a la «presión» que está sufriendo por parte de diversos «sectores». Según el lehendakari, los populares plantean debates «estridentes» para «satisfacer» a las voces críticas por las excarcelaciones de antiguos terroristas y, aunque aseguró «comprender» la situación en la que se encuentran, rechazó secundarles en un camino que «no lleva a ninguna parte».

EL CORREO 16/11/13