Hoy, un vicepresidente tercero del Gobierno y un presidente de la Generalidad, han puesto en marcha el invento Pajín: acabar con la ficción de que tenemos una lengua común. España es diversa, a ver si nos enteramos, y la concordia nacional ganará mucho el día en que el procedimiento se generalice y todos nos expresemos en la lengua que peor hablamos.
La foto que lleva hoy a su portada el diario El Mundo es una impresionante demostración de lo que puede dar de sí el genio de las ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda, habría vuelto a escribir Ruben Darío si hubiese podido verla. He aquí a dos andaluces, uno de Iznájar y otro de Ceuta, que pueden comunicarse entre sí como si tal cosa gracias a las tecnologías que permiten la traducción simultánea.
La línea recta nunca ha sido la distancia más corta entre dos puntos, para los más consecuentes hijos de estos pueblos. José Antonio Aguirre, ese modelo de lehendakari cuyo magisterio reivindica para sí el socialista López, dejó escritas unas memorias políticas significativamente tituladas: ‘De Guernica a Nueva York pasando por Berlín’. En el campo de la traducción hubo un gran precedente de esta idiotez en las conversaciones que se produjeron entre el PNV y HB en la primavera de 1992. Participaban por el PNV: Joseba Egibar, Gorka Agirre y Juan Mª Ollora. Por Herri Batasuna: Jon Idigoras, Floren Aoiz e Iñigo Iruin.
Se reunieron en el hotel López de Haro y no habiendo previsto un sistema de traducción simultánea para que pudieran entenderse con Juan Mª Ollora, que desconocía su lengua propia, procedieron como sigue: los batasunos hablaban en su lengua y paraban para que Joseba Egibar tradujera sus palabras a la lengua extraña, el erdera, con el fin de que pudieran ser comprendidas por Ollora. Mientras éste hablaba en la única lengua que sabía, los batasunos miraban al techo, haciéndose los distraídos y esperando a que Egibar tradujera del castellano al euskera con el fin de poder darse por enterados.
Este asunto fue motivo de bastante regocijo para los no nacionalistas, grupo en el que por entonces se incluían los socialistas, pero al parecer el futuro nunca ha estado escrito. Hoy, los dos tipos de la foto, un vicepresidente tercero del Gobierno y un presidente de la Generalidad, han puesto en marcha el invento Pajín: acabar con la ficción de que tenemos una lengua común. España es diversa, a ver si nos enteramos y la concordia nacional ganará mucho el día en que el procedimiento se generalice y todos nos expresemos en la lengua que peor hablamos. Yo mismo estoy dispuesto a escribir el blog en alemán, por esfuerzos que no quede.
Santiago González en su blog, 25/5/2010