EL MUNDO 25/09/15 – SANTIAGO GONZÁLEZ
· Mire mi señor Margallo que se lo veníamos advirtiendo algunos desde que usted, ya ministro de Exteriores, empezó a ejercer de portavoz para los Asuntos Catalanes. «Te lo venían dijendo y tú, entavia», le decía a su mula un tío de mi pueblo a quien llamaban el Polaco por su parla ininteligible. ¿Comprende, ministro? Anteayer, durante su debate con el quinto candidato de la lista Juntos pero no Revueltos, esto se hizo evidente cuando el moderador Cuní se dirigía a usted en el idioma de la nación naciente, si me permite el pleonasmo.
Hay que agradecer a Junqueras que aceptara debatir en la lengua que le es extraña, renunciando a la ventaja de que le implantaran a usted el pinganillo, en un soberbio remake del esperpento que escenificaron en el Senado un andaluz de Ceuta, Manuel Chaves, y otro andaluz de Iznájar, Montilla, que le escuchaba con cómica seriedad con el aparato de la traducción simultánea en la oreja. Tuvo usted detrás un mapa de Cataluña en un círculo de estrellas, las 12 de la bandera europea. A mí me recordó las proclamas del PNV a mediados de los 80, cuando sólo había 12 Estados miembros: «Euskadi, la décimotercera estrella». Bueno, ellos decían «la treceava».