El Mundo 11/12/12
El PSC propone un gobierno de concentración «preferiblemente» sin Mas de ‘president’
ERC facilitará la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat, pero a cambio quiere un compromiso inalterable de los nacionalistas de que habrá referéndum independentista y de que éste se celebrará en 2014 a más tardar. «No contemplamos una hipótesis más allá de 2014», aseguró ayer el diputado electo de ERC Oriol Amorós.
CiU, que cuenta con 50 escaños, a 18 de la mayoría absoluta, necesita de la complicidad de los 21 diputados republicanos, que apoyarán a Artur Mas desde el Parlament sin integrarse en el nuevo Ejecutivo. La principal condición de ERC para cerrar el pacto con los nacionalistas es que la famosa consulta independentista se celebre lo antes posible.
Los convergentes preferirían apurar la legislatura, sabedores de que tienen tiempo hasta 2016 para cumplir con este compromiso. Pero no podrá ser, porque datar la consulta es requisito sine qua non para los republicanos.
Eso sí, el partido de Oriol Junqueras está dispuesto a que no se dé de momento una fecha concreta, pero sí demanda que desde ahora y hasta 2014 «el Govern prepare al país para la independencia». Eso implica «hacer los contactos internacionales necesarios y que se construyan las estructuras precisas».
A cambio de este referéndum independentista, los de Esquerra están dispuestos a pasar por el aro de los recortes. Amorós reconoció ayer que su partido secundará los restrictivos presupuestos para 2013, aunque intentarán introducir «una fiscalidad más justa», lo que comportará subidas de impuestos y nuevas figuras tributarias, como la recuperación del Impuesto de Sucesiones o la creación de una tasa que grave a las nucleares. «No habrá ni una gota de recorte ideológico», sentenció Amorós para calmar a sus votantes izquierdistas.
Mientras, el líder del PSC, Pere Navarro, aunque sabe que el pacto CiU-ERC está a punto de salir del horno, puso un punto de originalidad en el debate y reclamó un Govern de concentración para salir de la crisis integrado por las siete fuerzas parlamentarias y del que Mas no sea «preferiblemente» presidente.
De forma paralela, los dos partidos de CiU siguen discutiendo sobre su mal resultado electoral. Ayer, desde Unió denunciaron que sectores convergentes quieren usar a Duran Lleida como «chivo expiatorio» del fracaso. La razón: haber dudado de la permanencia en la UE de un hipotético Estado catalán independiente.