EL CORREO 24/01/14
· Sabin Etxea, que ya tiene cerrada su colaboración con canarios y gallegos, confía en un acuerdo «natural» que garantizaría el escaño de Izaskun Bilbao.
El líder de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, anunció ayer que su partido no formará coalición con CiU en las próximas elecciones europeas, lo que, en la práctica, elimina de raíz la posibilidad de que las fuerzas políticas partidarias de la consulta soberanista anunciada por Artur Mas concurran juntas a los comicios de mayo en un frente catalanista por el derecho a decidir. La decisión despeja además una crucial incógnita para el PNV, que aguardaba, acuciado ya por el calendario, que tanto Convergència como Unió, con quien desea repetir coalición, deshojaran la margarita. Arrinconada por lo tanto la idea de una gran alianza catalana, el camino para que CiU se integre en la plancha que el PNV tiene ya perfilada con Coalición Canaria y Compromiso por Galicia queda despejado.
«El encaje ahora debería ser natural», confiaron ayer en Sabin Etxea, que estaba al corriente desde la tarde de la ruptura definitiva de negociaciones entre la formación de Mas y los republicanos, que se habían dado una última prórroga ‘in extremis’ tras llegar al límite fijado, el pasado 20 de enero, para adoptar una decisión definitiva. El líder del EBB, Andoni Ortuzar, recibió a media tarde una llamada de sus potenciales aliados catalanes, una fórmula que, si se confirma como parece lógico, garantizaría al PNV revalidar su escaño europeo –y mantenerlo durante la legislatura completa–, al que volverá a optar la eurodiputada bermeana Izaskun Bilbao
Las conversaciones entre las fuerzas soberanistas catalanas han chocado con un obstáculo insalvable: la negativa frontal de UDC –y también de ICV y las CUP– de integrarse en una lista que consideraban perjudicial para sus propios intereses. Aunque Convergència estaba muy interesada en concurrir con ERC para evitar que pueda visualizarse un adelantamiento por la izquierda en la vanguardia del nacionalismo catalán, el acuerdo no ha sido posible y ERC deberá decidir ahora si acude a las urnas en solitario o se alía con la izquierda abertzale representada por EH Bildu, que a su vez mantiene también una relación estrecha con las Candidaturas de Unidad Popular (CUP), muy cercanas a su ideario.
Junqueras confirmó el naufragio del nonato frente catalanista en un mitin de ERC en Torrelles de Llobregat (Barcelona), donde justificó la decisión adoptada: «Ante la complejidad de formar una lista conjunta con todos los que estamos comprometidos con la democracia y la consulta del 9 de noviembre, lo mejor para preservar la transversalidad del proceso, que es una de sus principales fortalezas, es no dejar fuera a nadie». Junqueras subrayó que, antes de conformar una alianza que prescinda de alguno de los partidos proconsulta, «es preferible» que cada fuerza «sume el mayor número de votos» y adopte después el «firme compromiso de trabajar conjuntamente en el Parlamento europeo en favor de la mayoría social y política» de Cataluña.
«Votar, se va a a votar»
Mientras tanto, la Generalitat enseñó ayer casi todas las cartas que tiene sobre la mesa para poder celebrar el referéndum. Como mantiene desde que hace doce meses Mas y Junqueras iniciaran el proceso soberanista, el Ejecutivo autonómico se mostró convencido de que los catalanes serán llamados a las urnas para decidir sobre el futuro político de la comunidad. «Votar, se va a votar», afirmó rotundo el portavoz gubernamental, Francesc Homs.
Las opciones que baraja la Administración catalana son varias. Por un lado, trabaja para que el Congreso le transfiera la competencia para celebrar referendos. Esta vía está casi descartada porque el PP, el PSOE y UPyD la tumbarán con toda seguridad cuando se vote en un próximo pleno previsto para el mes de abril. La siguiente posibilidad que tiene es utilizar el Estatuto catalán, que otorga atribuciones a la Generalitat para organizar consultas que sean de su competencia, –claro que está por ver si lo es preguntar sobre la independencia–, o a través de la Ley de Consultas que tramita la Cámara autonómica. Para no salirse de la legalidad, la Generalitat podría plantear la consulta como una mera recogida de opinión, sin efectos jurídicos. «¿Nos van a prohibir hacer encuestas?», dijo de manera gráfica Homs en la Ser.
EL CORREO 24/01/14