EL MUNDO 21/09/14
· Su ‘número dos’ contradice a Junqueras, que llamó a saltarse la legislación vigente
Mientras Artur Mas añade tensión a su pulso con el Estado demorando la convocatoria de la consulta, la contradicción ha aflorado en ERC. El partido que lleva semanas exigiendo la celebración del referéndum, determine lo que determine el Tribunal Constitucional (TC), admitió ayer la inconveniencia de llamar a la desobediencia para votar la secesión. Al menos, por el momento.
La secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, reconoció que su formación «no tiene que ir predicando la desobediencia civil» por el «impacto» que esta apelación puede generar en la ciudadanía. La número dos de ERC matizó a su jefe de filas, pues Oriol Junqueras no sólo reivindicó días atrás la necesidad de recurrir a esa desobediencia que ahora desaconseja Rovira, sino que invitó literalmente a quebrantar la legislación vigente. «Ha llegado la hora de prescindir de la legitimidad española para crear la nuestra propia. Ha llegado la hora de saltarse el marco legal anterior para crear el siguiente, como sucede siempre en caso de independencia», dijo el jefe de filas de ERC en una entrevista a este diario el pasado domingo.
El líder independentista ya trató de corregirse durante el Debate de Política General celebrado esta semana en el Parlament, al no respaldar una resolución a favor de la desobediencia promovida por la CUP. Los antisistema continuaron defendiendo ayer que el desacato al Constitucional es la única vía para consumar la ruptura con el Estado. «No hay más camino», subrayó su jefe de filas, David Fernández, después de la marcha atrás de ERC.
La firmeza de la CUP y las numerosas críticas recibidas a través de las redes sociales desde sectores independentistas obligaron a Rovira a matizar sus palabras en Twitter: «Todo el mundo tranquilo, desobedeceremos cuando sea necesario». Fuentes de ERC explicaron más tarde que su desafío al Estado era firme, pero que no consideraban adecuado hablar de desobediencia cuando estaba recién aprobada la Ley de Consultas.
Pero la rectificación llegó tarde. Al menos para el Govern y CDC. La vicepresidenta del Ejecutivo catalán, Joana Ortega, no tardó en aplaudir a Rovira por haber realizado unas aseveraciones «llenas de sentido común». En idéntica línea, la nueva portavoz de Convergència, Mercè Conesa, ratificó que su partido «no está en el marco de la desobediencia civil» porque quiere conseguir el aval internacional a la consulta.
Con todo, lo cierto es que Mas y Junqueras continúan muy alejados. El encuentro que ambos mantuvieron el miércoles en el Parlament sirvió para calmar las tensiones de las últimas semanas y mantenerse unidos, al menos, hasta la posible consulta del 9 de noviembre.