ABC – 26/11/16
· Alemania intenta apaciguar la crisis y aboga por seguir negociando la adhesión de Turquía a la Unión pese al voto contrario de la Eurocámara.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha amenazado con su más potente «arma» en el crispado pulso que mantiene con la UE después de que el Parlamento Europeo pidiera congelar las negociaciones de adhesión de Ankara a la Unión. Tras acusar durante días a Bruselas de «apoyar el terrorismo» y de colocarse «del lado de Daesh», el mandatario turco ataca ahora con su baza más influyente sobre el viejo continente: los refugiados.
«No habéis cumplido con vuestra palabra. Cuando 50.000 refugiados estaban en la frontera de Kapikule –entre Turquía y Bulgaria–, empezasteis a decir: «¿Qué haremos si Turquía abre la frontera». Mirad, si vais más allá, se abrirán estas fronteras. Ni yo ni mi pueblo nos veremos afectados por amenazas vacías», clamó ayer Erdogan en relación con la moción del Parlamento Europeo en contra de la entrada del país eurasiático en la UE.
Según cifras gubernamentales, en Turquía hay cerca de 2,7 millones de refugiados sirios y 300.000 iraquíes. En Ankara son conscientes de que la llegada masiva e irregular de refugiados a las costas griegas provocó enormes tensiones internas entre los socios europeos y dañó significativamente el apoyo popular a la canciller Angela Merkel. Bajo su mando, Alemania ha sido único país que ha tomado una postura de puertas abiertas con los refugiados.
La amenaza de Erdogan no es un hecho aislado. Binali Yildirim, el primer ministro turco, lanzó una advertencia similar: «Somos un elemento fundamental para la protección de Europa. Si los refugiados comienzan a pasar, inundarán Europa. Solo Turquía impide que algo así suceda».
Si finalmente el presidente turco decidiera poner en práctica su amenaza, medios no le faltarían. Hace un par de semanas, Galip Oztürk, presidente de la compañía de autobuses Metro, anunció a a través de las redes sociales la disponibilidad de su flota de vehículos para «enviar a los refugiados a la frontera en cuanto el Reis (jefe, líder, en referencia a Erdogan) lo ordene».
Descenso de las salidas
En lo que va de año, 171.496 personas han llegado a Europa ilegalmente a través de Turquía, según datos de Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados. Esta cifra todavía supera a las 170.631 que han alcanzado Italia por la ruta del Mediterráneo central, desde las costas del norte de África. Sin embargo, las salidas de Turquía han experimentado un notable descenso desde la entrada en vigor, en abril, del pacto entre la Unión Europea y Turquía, según el cual Ankara se compromete a aceptar el retorno de todas aquellas personas que pongan un pie en las islas helenas de manera irregular. Ahora las cifras oscilan entre cero y 200 llegadas al día, mientras que hace un año fácilmente superaban las 3.000 diarias.
Entre las autoridades turcas reina la sensación de que Europa no está cumpliendo con su parte del trato. Y que Bruselas necesita más a Turquía de lo que Ankara necesita a Europa. A la espera de recibir la totalidad de los 6.000 millones de euros prometidos, lo cierto es que parecían sencillas, pero hoy siguen siendo insuperables las diferencias que separan a las dos partes para liberalizar la política de visados de los turcos que deseen entrar en Europa. Mucho más complejas son las negociaciones de adhesión a la UE.
Principalmente es la ley antiterrorista turca la que ha bloqueado las negociaciones para acabar con la obligación de visado. Bruselas la considera demasiado discrecional, pero Ankara se niega a reformarla. Mientras tanto, Erdogan ha repetido en numerosas ocasiones que si antes de que termine el año la UE no acepta la exención de visados, el pacto se romperá.
Ante estas amenazas, Alemania prefirió no dramatizar, pero sí dejó a un lado sus críticas de la deriva autoritaria de Erdogan al tiempo que llevó la contraria al Parlamento Europeo y enfatizó que no conviene congelar las negociaciones de adhesión de Ankara en la UE. La viceportavoz del Gobierno alemán, Ulrike Demmer, declaró que «las amenazas de ambas partes no ayudan y allí donde haya dificultades lo que hay que hacer es hablar para solucionarlas». A la vez que reiteraba que el acuerdo de inmigración entre Turquía y la UE es «un éxito común».
ABC – 26/11/16