Albert Rivera: «Es imposible que Rajoy lidere la regeneración democrática»

EL MUNDO – 31/01/16 – ENTREVISTA ALBERT RIVERA

Albert Rivera
Albert Rivera

· El líder de Ciudadanos endurece su discurso hacia el presidente en funciones, situándolo como un posible obstáculo para un acuerdo, y traslada la presión al PP para que «mueva ficha». Considera que es el momento de que Sánchez intente formar Gobierno y evita jugar a las promesas sobre si votará a favor de PP o PSOE.

Pregunta.–Vuelve a ser la chicacodiciada. ¿Con quién va a bailar?
Respuesta.– No soy la chica codiciada, pero sí somos los impulsores de una nueva etapa política que necesita que se descomponga esta guerra fría entre PP y PSOE. La posición de pasarse la pelota, de decir que nunca hablarán entre ellos, no está a la altura de las circunstancias. Vamos a intentar que haya baile, que haya Gobierno, que tengamos una legislatura de reformas. Un Gobierno muy acotado en el tiempo, con unos parámetros y un calendario.

P.–¿Qué le va a proponer al Rey?
R.– Que ponga en marcha el proceso de investidura y no estemos atascados. Sea quien sea finalmente el candidato, y parece que puede ser Sánchez tras la renuncia de Rajoy, tiene que empezar a contar el tiempo, con unos plazos para trabajar. El Rey hará lo que crea conveniente, pero le voy plantear que nos pongamos en marcha con mesas de negociación. No podemos estar más tiempo mareando la perdiz.

P.–González le ha dado directamente la llave de Gobierno…
R.– Sánchez, Rajoy, sus líderes o sus comités federales deben asumir el resultado de las urnas y entender que nadie va a poder gobernar España sin el permiso del otro. Estoy de acuerdo con Felipe González.

P.– ¿Puede decir aquello de puedo prometer y prometo que nunca votaré sí a Rajoy o Sánchez?
R.–No voy a jugar a las promesas. No puedo prometer que no iré a la luna, pese a que en principio no voy a ir nunca.

P.– ¿Le perdonarían sus electores de procedencia popular un pacto con Sánchez?
R.–Los electores son de su padre y de su madre. En estos momentos no estoy pensando en las urnas, estoy pensando en España. Los votantes de Ciudadanos sabían lo que íbamos a hacer. No hay uno solo que no supiera que podríamos facilitar un Gobierno reformista, aunque no fuera de Ciudadanos.

P.–¿Y los votos prestados del PP?
R.–Los votos no son prestados, ni del PP ni del PSOE. Por esa lógica, aquí los votos serían un cortijo de los partidos. Los españoles han pedido cambio y hay partidos que no lo quieren entender. Pero los nuevos también debemos entender que han pedido diálogo, que es lo que nos diferencia seguramente de Podemos: hay que ser un poco humildes y no puedes repartirte sillas, ministerios ni amenazar con nombres encima de la mesa.

P.– Un presidente de un partido investigado, ¿puede ser presidente del Gobierno?
R.–Técnicamente puede serlo. Pero no puede abanderar la lucha contra la corrupción. Una de las propuestas que vamos a poner encima de la mesa es un pacto nacional contra la corrupción y por la transparencia, para acabar con los indultos políticos, apartar de la política a los imputados, acabar con los aforamientos y hacer primarias en los partidos. Vamos a ver si el PP lo suscribe. Estoy convencido de que quien no puede limpiar su casa no puede limpiar España.

P.– Entonces, ¿podría Rajoy?
R.– Eso lo decide el PP.

P.–¿Es la corrupción lo que impide el pacto? ¿O es la agenda personal, en el caso de Sánchez?
R.–Si la corrupción es el segundo problema de los españoles y una de las claves de esta nueva etapa política, es evidente que va a condicionar la negociación. Igual que Sánchez tiene que decidir si se apoya en los independentistas, o si mira a Ciudadanos o, incluso, tiende la mano al PP. En el PSOE es verdad que hay un Comité Federal que, por lo menos, se mueve. En el PP no se mueve nada. Sobre Rajoy, me gustaría que su partido tomara decisiones sobre la corrupción y la gestión que ha hecho.

P.–La retirada de Rajoy ¿sería la solución?
R.– Yo no lo planteo, pero millones de votantes del PP también están descontentos con la gestión que ha hecho de la corrupción este Gobierno y el PP. Pero es el PP quien tiene que mover ficha.

P.– ¿Pero desbloquearía la situación esa retirada?
R.– Creo que no, porque el PSOE dice que no habla con el PP.

P.– ¿Y qué piensan ustedes?
R.– Nosotros no le hemos negado el pan y la sal a nadie. Vamos a sentarnos con los dos, PP y PSOE. Lo que pasa es que el PP, que no consigue los votos para la investidura y no consigue que el PSOE hable con ellos, tiene que saber qué tiene que hacer para conseguir eso.

P.– ¿Y qué tiene que hacer?
R.– Yo no le voy a hacer los deberes al PP, que lo hagan ellos.

P.– ¿Cuál es la diferencia entre el Rajoy de las tramas y la Susana Díaz de los ERE?
R.– Básicamente que Díaz, que yo sepa, no es la presidenta del PSOE, es la candidata que se presentó en Andalucía. Por tanto, me parece que no están en el mismo rango ni en el mismo nivel. Eso no quiere decir que no haya que luchar contra la corrupción en Andalucía, que ha sido exactamente igual o peor que en otras partes de España. De hecho, la señora Susana Díaz va a pasar por la comisión de investigación porque lo ha pedido Ciudadanos. Desde la oposición, Ciudadanos está consiguiendo con un pacto de investidura cosas que en Andalucía no iban a pasar.

P.– ¿Van a proponer que Rajoy pase también por una comisión de investigación en el Congreso?
R.–Vamos a ver lo que pasa. Es verdad que Chaves y Griñán estaban imputados y el señor Rajoy, que yo sepa, no tiene una imputación.

P.–Sin embargo, los últimos días ustedes han endurecido su discurso y señalado a Rajoy como un obstáculo al final del camino…
R.– Siempre he dicho que Rajoy no puede liderar una nueva etapa política. Lo que se ha endurecido no es la posición sino la cruda realidad de la corrupción, que está manchando al PP, no sólo a través de una persona, un garbanzo negro que ha metido la mano en la caja, sino de tramas enteras para el blanqueo de mordidas, que afectan a dirigentes del partido. Quien ha gestionado el PP de esa manera es imposible que lidere la regeneración democrática en España.

P.– Ustedes dicen: primero reformas, y luego, nombres. ¿Eso puede llevar a Ciudadanos al Gobierno?
R.–No, eso significa que no me importa quién sea el ministro de Educación, sino si acepta el pacto nacional por la Educación. Yo quiero que el debate sea en torno a reforma, reforma, reforma. Si ponemos las sillas por delante de las reformas España, seguramente, no tendrá legislatura. Ese Gobierno de transición debe ejecutar una hoja de ruta firmada por escrito. Yo quiero un contrato, un documento amplio, concreto, con calendario. Eso es lo que se ha hecho en países serios como Alemania. Yo creo que es posible. Otra cosa es que deba ser un Gobierno tripartito o con ministros de un color u otro.

P.– Pero una de las condiciones de ese contrato de Gobierno puede ser que ustedes entren en él…
R.–A mí nadie me ha pedido que entre en ningún Gobierno, ni yo estoy dispuesto. No es mi propuesta ni es la solución. Ciudadanos está en Madrid, Andalucía, La Rioja… demostrando que se puede llevar a cabo una investidura sin estar en el Gobierno. Y funciona.

P.– ¿Si se lo piden entrarían?
R.–Si nos lo trasladan, diremos que preferimos un Gobierno que ejecute de manera excepcional esa legislatura. Pero de momento estamos en que hay dos partidos que ni siquiera se cogen el teléfono.

P.– Ya que no lo descarta, ¿ha barajado en sueños la posibilidad de ser el presidente?
R.–No, para nada. Lo he leído, hay bulos, hay rumores… Pero ni lo contemplo ni me lo he planteado ni creo que fuera lógico. Hay que ser humilde y saber la posición que uno ocupa. Yo creo que Ciudadanos puede ser determinante para que este país realice esa segunda Transición, pero los españoles nos han colocado a todos en nuestro sitio. Pasar del bipartidismo decadente a Borgen en un cuarto de hora me parece bastante complicado.

P.–¿Están ustedes procurando la gobernabilidad o, más bien, intentando evitar unas elecciones que les puedan castigar con el voto útil?
R.–Nosotros defendemos la gobernabilidad. De hecho, conforme pasan los días se está viendo que unas elecciones nos podrían ir bien. En Andalucía nos pasó lo mismo. Había encuestas que nos daban crecimiento, pero Ciudadanos se mojó a última hora para evitar elecciones. No estamos con la calculadora electoral. Creo que quien piense en elecciones se equivoca. No podemos decirles a los españoles: os habéis equivocado votando. Yo asumo que no he ganado, que me toca dialogar con partidos que han hecho cosas muy mal y que tienen temas de corrupción, pero los viejos partidos tienen que asumir que esto ya no va de o estás conmigo o estás contra mí. Algunos aún están enrocados como si estuviéramos en los años 90.

P.– Hay partidos que han planteado al Rey la conveniencia de arbitrar una solución jurídica para ir a urnas sin una investidura previa.
R.– Cuando el sentido común impera no hace falta regular las cosas. Lo que no tiene ningún sentido es que Rajoy, por un motivo táctico puro y duro, dé un paso atrás; y que Sánchez saque un comunicado al día siguiente diciendo: yo no, te toca a ti. Si el sentido común no impera y los candidatos piensan más en ellos que en España, igual hay que articular algún mecanismo. Pero el problema no es el Rey ni la Constitución, sino que Rajoy y Sánchez están jugando al ratón y al gato, al gato y al ratón.

P.– ¿Habría que reformar la Constitución para dar más atribuciones al Rey en casos como éste?
R.–La situación se produce por la irresponsabilidad de los líderes políticos, no porque la Constitución sea mala o el Rey no lo haga bien. No creo que esto se solucione con un imperativo legal en la Constitución, sino siendo responsables.

P.– ¿Están presionando al Rey para que sea él quien actúe?
R.– No tengo pruebas para hablar de presión, pero sí se le está trasladando la patata caliente al Rey de tomar decisiones que a mi juicio competen a los candidatos a la investidura. Rajoy, cuando hace el movimiento táctico de echar la culpa a Podemos no se lo cree nadie. Actuó en clave interna de partido.

P.–¿Debería aceptar Sánchez en todo caso si el Rey le propone?
R.– Sánchez, si ahora le toca el turno, buena o mala suerte, debe decir sí al encargo y pedir tiempo para negociar. No hay que negar tiempo a las negociaciones, incluso si el Gobierno no me gusta. Si Sánchez necesita tiempo para negociar, aunque no sea mi Gobierno, me parece razonable que lo tenga.

P.–¿Y cómo ve hoy a Sánchez?
R.–Sánchez tiene un dilema encima de la mesa, que es escoger entre mantener los principios de la socialdemocracia europea responsable y razonable, y competir con Podemos en los del populismo, el rupturismo y las políticas independentistas. Si hacen lo primero hay margen para entendernos.

P.– Podemos ¿es para ustedes hoy la línea roja?
R.– Nosotros no vamos a apoyar nunca un Gobierno en el que Podemos tenga la batuta sobre la economía española. Me parece preocupante que esté en sus manos, y eso es lo que quiere Pablo Iglesias. Y también hay que evitar que se rompa España, que es lo que pretende.

P.– ¿No es promover un frente?
R.– No. Defender la unión y la igualdad de los españoles no es un frente, es un valor positivo. Y Podemos cree legítimamente que se puede romper España y que los españoles no somos iguales. Quiero vivir en los Estados Unidos de Europa y en una España unida. Es una prioridad.