«Es un error hablar de ponencia de paz porque aquí no ha habido una guerra»

Entrevista a CARMELO BARRIO, Portavoz del PP en Álava, EL CORREO 07/04/13

Carmelo Barrio coloca las banderas del despacho del PP en Vitoria por el orden que le dicta «la cabeza y el corazón
Carmelo Barrio coloca las banderas del despacho del PP en Vitoria por el orden que le dicta «la cabeza y el corazón

· Carmelo Barrio (Vitoria, 1960) se declara un defensor de las «esencias» en el Partido Popular vasco. Parlamentario desde 1990 y último referente de la etapa de San Gil, expresa sus profundos recelos sobre la participación de su partido en el foro constituido en la Cámara autonómica tras el cese de ETA para sentar las bases de la convivencia en Euskadi, junto a PNV, EH Bildu y PSE. El dirigente alavés cuestiona hasta la propia denominación de la comisión, aunque evita un desmarque rotundo. «Es erróneo hablar de ponencia de paz porque aquí no ha habido una guerra», advierte. Pese a que no forma parte del núcleo duro de la dirección que encabeza Antonio Basagoiti, Barrio subraya que sus opiniones son compartidas por una «mayoría» entre sus filas. En la anterior legislatura fue el representante popular en la ponencia. Esta vez, si repiten los suyos, confiesa que aún no lo sabe.

– ¿Por qué cree que le han nombrado portavoz del PP en Álava?

– Alfonso Alonso, el presidente provincial, ya lo explicó. Quería dar un impulso y buscar una persona conocedora de las instituciones y de la labor política. El peso de Álava es muy importante porque tenemos dos grandes figuras como el alcalde de Vitoria y el diputado general, además del propio Alonso como portavoz del PP en el Congreso. Le agradezco la confianza que me ha dado.

– Su designación se interpreta como un giro a la derecha como reacción al serio retroceso electoral del PP en las autonómicas.

– Siempre es bueno mover el partido y a las personas para utilizar los posicionamientos inequívocos que tienen en determinados temas. Se ha hablado del sector duro, del conservador… Pues no. Durante todos estos años he tenido la oportunidad de vivir cerca del partido. He trabajado con todos sus presidentes de forma leal e intensa.

– Su nombramiento tiene una parte muy simbólica, ya que usted es el último exponente de la etapa de San Gil en el Parlamento.

Subraya que «la esencia» de los populares pasa por consolidarse como «un partido español y vasco de verdad, pero no vasquista»

– Eso es bueno, ¿no? Soy el último parlamentario que queda de la época de María y de Carlos Iturgaiz; y de su estela. También lo fui con Mayor Oreja. Eso lo pongo en la experiencia y el conocimiento. También he aprendido en estos últimos cinco años con Antonio Basagoiti, que es un político de una intuición impresionante. Soy un privilegiado.

– En estos últimos cinco años ha vivido su particular integración. En 2008 se presentó como ‘crítico’ y amagó con disputar a Basagoiti la presidencia del partido. – Fueron momentos complicados en aquella transición. Lo asumí con lealtad al PP, al concepto de partido, más que a las personas. Luego Antonio ha contado conmigo, en un intercambio de confianza.

«Cómodo» con Basagoiti

– ¿Se siente cómodo con él?

– Muy cómodo, sí. – ¿Se ve representando por este PP renovador, abierto y con vocación de pacto con PNV y PSE?

– Claro. Yo he colaborado para trabajar en esas claves. Él lo sabe. He sido un factor en la búsqueda de muchos acuerdos en la anterior legislatura y en ésta porque entiendo que el partido tiene que evolucionar, manteniendo sus esencias, convicciones y los principios que siempre hemos defendido. Pero hay que renovarse, conectar con los jóvenes, con el voto femenino con el que tenemos a veces ciertos problemas… Y lo mismo con el nacionalismo. Soy muy crítico con él. Entiendo que el PP tiene que fortalecerse y trabajar para ser alternativa real al nacionalismo. Hay que ser inequívoco en las esencias. En cualquier caso, tiene que haber ámbitos de acuerdo.

– ¿Se pueden conciliar ambas posiciones sin riesgo de ruptura?

– Eso es la política. Con el PSE hemos mantenido posturas descarnadas y luego llegamos a un acuerdo en el Gobierno vasco. Por eso hemos hecho una llamada a PNV y PSE para buscar un acuerdo sobre los Presupuestos y entre todos poder dar una buena noticia a este país.

– ¿Qué espera de la reunión del martes con el Gobierno vasco?

– Veo al PNV pasota. Adormilado, escenificando una actitud para que llegue la prórroga. Hoy por hoy es dificilísimo apoyar sus cuentas.

– ¿Qué le inquieta más del proyecto presupuestario de Urkullu, los números o, como dice su partido, la posibilidad de que «financien las ansias soberanistas» del PNV?

– Me preocupan las dos cosas. El PNV se tendría que olvidar de las claves soberanistas porque dificultan mucho la posibilidad de un acuerdo. Las delegaciones vascas en el extranjero no sirven de nada porque ese trabajo lo podrían hacer la Spri y las embajadas españolas. Tampoco tiene sentido seguir financiado ikastolas en Francia. Es que estamos subvencionando al Estado francés. – ¿Qué es lo que más le chirría de este PP de la ‘política pop’?

– Yo entiendo que los partidos son organizaciones cambiantes que tienen que responder a lo que sus dirigentes estimen en cada momento que es necesario. A mí no me chirría nada del PP. Lo fundamental es que, en estos años, hemos conseguido seguir siendo esenciales en la política vasca.

– ¿Siente que hay una parte del PP vasco que no sale en la foto?

– Basagoiti ha sabido repartir y tejer las relaciones humanas. Siempre habrá errores y personas desencantadas, ahora y antes. Antonio ha tenido y tiene una buena actitud con todas las sensibilidades del partido. Se ha hablado de mí o del mismo Carlos Urquijo (nombrado delegado del Gobierno en el País Vasco a propuesta de Basagoiti).

«Una mezcla de éxito»

– ¿Qué esencias de las que habla debería situar el PP en primera línea de su escaparate?

– Sigue siendo importante nuestro papel de partido español, nacional, construyendo la alternativa al nacionalismo. Eso es lo que debe marcar nuestras referencias. La Constitución, el Estatuto, las leyes, la UE. Nosotros lo representamos de forma más clara que el PSE, que se diluye en debates cuasinacionalistas o filonacionalistas. Nuestra esencia es ser un partido nacional, pero con una esencia vasca que es el foralismo. Esa es una mezcla de éxito. Un partido español y vasco de verdad, no vasquista, vasco y foralista.

– ¿Por qué debería participar el PP en la ponencia de paz y por qué no?

– Bueno, Bildu nos lo está poniendo muy complicado. ¿Para qué participar? ¿Para hablar de política penitenciaria? ¿De marcos políticos o institucionales distintos a los que tenemos? Eso sería un éxito de Batasuna, que quiere crear mesas para hablar de esas cuestiones.

– Pero se trata de una mesa constituida dentro del Parlamento.

– Ya estamos en los plenos y en las comisiones. Vamos a ver. Estamos en el proceso de tomar la decisión. Pero estamos construyendo una ponencia de paz y convivencia que parte de un término erróneo. No es de paz porque aquí no ha habido una guerra; si no, daríamos la razón a los impresentables de Sortu cuando hablan de presos de guerra. Aquí ha habido una organización criminal y unos delincuentes y unos asesinos que han distorsionado nuestra convivencia. Nuestra convivencia, sustentada en el Estado de Derecho, se ha visto afectada por un hecho antisocial que ha sido ETA. Estamos ya empezando mal con ese tema. Ponencia de paz y convivencia, no. Es una mesa política.

«Escoltando» a ETA

– ¿Cómo se debería llamar?

– Como no lo vamos a arreglar porque la proposición no de ley ya está aprobada… Como requisito previo, Bildu tiene que condenar la historia criminal de ETA. Si no, no estamos en igualdad de condiciones y mucho menos desde el comunicado de ETA del ‘martes Santo’, en el que hay más amenazas. El mundo de Bildu y Sortu ha subido el tono alrededor del comunicado, tras la patética imagen de Mintegi justificando los asesinatos como crímenes políticos. Sortu se enfrenta a la legalidad hablando de presos de guerra, de presos políticos, haciendo homenajes ilegales a un terrorista (‘Thierry’) entre ‘goras a ETA’. Hay una actitud orquestada de ese mundo, escoltando el comunicado.

– Con esas dudas, ¿debería participar el PP en el ponencia de paz?

– Hemos denunciado las prisas de PNV y PSE. Estamos preocupados y echamos en falta una actitud más exigente. Tengo mi opinión, pero la daré en los órganos del partido.

– Pero está muy próxima al no.

– Vamos a ver lo que pasa. Bildu es incapaz de condenar nada.

– Si el PP repite, ¿será usted el representante en la ponencia?

– No lo sé. En la anterior legislatura fuimos Antón Damborenea y yo.

– ¿Son muchos en su partido los que piensan como usted?

– Pues yo creo que sí. Pienso que somos una mayoría.

– Por el contrario, hay un sector del PP partidario de participar en la ponencia para poder expresar eso que usted dice directamente a los representantes de EH Bildu.

– También, también. Pero a la cara se le puede decir eso a Bildu todos los días en el Parlamento.

– ¿Teme que algunos colectivos de víctimas censuren al PP si finalmente participa en la ponencia?

– Es posible. Lo que les parece mal, lo critican. Todo lo que suene a legitimación de Bildu será criticado.

– ¿Por qué cree que algunos colectivos cuestionan la firmeza del ministro del Interior y de la dirección vasca del PP en el final de ETA?

– Frase hecha, pero verdad asumida: las víctimas siempre tienen razón. Son el frontispicio de nuestra moral, de nuestro poder de actuación política. Tenemos que estar siempre con ellas y asumir sus críticas, más justificadas o menos. Me gusta conocer sus opiniones y hablar con unas y con otras.

– ¿Ha pedido opinión a San Gil?

– Yo con María San Gil hablo mucho y quedamos. De política le cuento alguna cosa, pero con ánimo constructivo. Quiero estar con ella porque me gusta su sentido común, su viveza. Ella entiende que estoy trabajando por el bien del partido. Tengo una relación estrechísima con ella, como la que tengo con Iturgaiz.

– Si el Tribunal de Estrasburgo anula la ‘doctrina Parot’, ¿el Gobierno debería poner en práctica el fallo o, como avisó el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, tirar de «ingeniería jurídica» para sortearlo?

– Siempre acatarlo. Confío todavía en el recurso de la Abogacía del Estado para que se mantenga la ‘doctrina Parot’. En caso de anulación, el ministro ha estado acertado y tendría que buscar fórmulas jurídicas para intentar con los medios que da la ley que los terroristas cumplan el máximo posible de sus condenas.

– ¿La campaña de la izquierda abertzale en favor de los presos obligará al Gobierno a moverse?

– Yo veo al Gobierno firme, convencido y moviéndose, pero en la buena dirección porque está neutralizando a ETA y su entorno. La confirmación de que no se va a sentar a negociar con los terroristas tras la expulsión de la cúpula etarra de Oslo es el bueno camino.

– ¿Si la banda terrorista hiciera un gesto con el desarme, el Ejecutivo de Rajoy sabría responder con generosidad y altura de miras?

– Hay que ser maximalista. ETA tiene que disolverse, entregar las armas y reconocer el daño causado. Y esas premisas se deben dar al completo. Lo demás, escenificaciones. – ¿Teme una vuelta atrás de ETA?

– Parece poco probable. Afortunadamente la Guardia Civil ha neutralizado y derrotado a ETA. Es muy difícil una vuelta atrás, pero los terroristas siguen teniendo sus arsenales y, cuando son detenidos, llevan sus armas en el cinto.

Entrevista a CARMELO BARRIO, Portavoz del PP en Álava, EL CORREO 07/04/13