Esfuerzos improbables

Arnaldo se deja grabar en el locutorio porque quiere transmitir al Gobierno su interés en un nuevo diálogo, para legalizar a Batasuna y comenzar un nuevo ‘proceso’. El Gobierno puede tener interés en que Batasuna se aleje de ETA, pero no debería tener tanto como Batasuna por volver a ser legal. ¿Por qué habría de dejarse enredar el Gobierno en otra negociación?

Ya va siendo hora de que Instituciones Penitenciarias y Arnaldo Otegi dejen a un lado el simulacro de la conversación grabada en el l ocutorio de la cárcel. Si el portavoz de la ilegalizada Batasuna quiere hacer oír su voz, tal como se trasluce de las confidencias que hace a sus visitantes más íntimos, y si el Gobierno tiene interés en impulsar el liderazgo de Arnaldo, en la creencia de que está muy sinceramente interesado en poner fin a la violencia terrorista, sería muy razonable habilitar un espacio en el mako para que Otegi convoque una rueda de prensa y explique urbi et orbi que los etarras deben entregar las armas y que, en caso contrario, no cuenten con él para nada.

Es cierto que la gente tiene la creencia de que los políticos mienten en las ruedas de prensa y se sinceran ante micrófonos indiscretos, pero es eso, una creencia infundada, no una verdad universal.

El caso es que Otegi dice comprender que Zapatero pueda estar algo suspicaz después del papelón que le hicieron representar en el proceso de paz de 2006 y que ahora va a exigir más garantías. Tiene razón, especialmente porque entonces la autorización del Congreso de los Diputados el 17 de mayo de 2005 estaba sujeta al condicional «si ETA deja las armas».

También comprende Otegi que Rubalcaba tiene motivos para ponerse medallas y ésta es verdaderamente la cuestión: ¿Por qué habría de dejarse enredar el Gobierno en otra negociación? El faisán de aquélla todavía aletea sobre Rubalcaba en preguntas parlamentarias. En cambio, desde que se volvió a los tratamientos clásicos las cosas le van bien al Gobierno en esto. Una vez desactivado el terrorismo como argumento de oposición, ¿por qué habría de poner de nuevo esa baza en manos del PP?

Arnaldo se deja grabar esos diálogos de locutorio porque quiere transmitir al Gobierno su interés en un nuevo diálogo, con vistas a legalizar a Batasuna para las elecciones locales y comenzar un proceso como el que fracasó en Loyola. Tal vez sea tarde.

El Gobierno puede tener interés en que Batasuna se aleje de ETA, pero no debería tener tanto como la propia Batasuna por volver a ser legal, ella verá. Otegi debe tener en cuenta que su reacción al asesinato de París no ha sido la esperada por el presidente Zapatero, que la ha tachado de «cobarde».

Esperaba más de él y de los suyos, al parecer, y la tibieza del «lamentamos» le ha decepcionado. Está seguro de que quisieran ir más lejos, pero no se atreven. Lástima, porque, así las cosas, de negociar, ni hablamos, ¿no?

Mientras, ETA ha dado una prueba más de su falta de adaptación a unos tiempos que corren irreversiblemente en su contra: ayer daba a conocer otro comunicado con fecha del pasado 10 de marzo. Si alguien tenía algún interés por saber en qué piensan los terroristas, en este comunicado tiene la respuesta: absolutamente en nada. Cuando han asesinado a su primer policía francés, deberían haber hecho un esfuerzo para convencer, al menos a los suyos, de que fue sin querer, un lance fortuito, cosas de tener que andar con herramientas, pero una y no más, etcétera.

No hay que pedirles peras; no está en su naturaleza y esto es lo que hay.

Santiago González, EL MUNDO, 22/3/2010