EL MUNDO – 01/05/15
· El Rey homenajea al presidente de Egipto «en estos momentos de guerras y turbulencias».
El Palacio Real de Madrid fue escenario ayer de la realpolitik española. Los Reyes y el Gobierno –su presidente, Mariano Rajoy, y hasta seis de sus ministros– se volcaron en el homenaje al presidente de Egipto, Abdel Fatah Al Sisi, de visita oficial en España.
Si alguna reticencia podía aún suscitar entre los políticos, los medios y los cuadros dirigentes españoles el hombre que gobierna el país de los faraones tras el golpe de Estado de julio de 2013, nadie pudo adivinarlo ayer. Desde el desfile del besamanos hasta la degustación de la crema de café con mousse de chocolate, pasando por los discursos al uso, la Jefatura del Estado y las instituciones no hicieron sino agasajar a su invitado. Más aún, confundirse con él y hacerle sentir –en la mejor tradición árabe– como en su propia casa.
El líder musulmán pudo ver cómo el Monarca español renunciaba a llevarse la copa a los labios y, en lugar de brindar por él y por su pueblo, se limitó a «hacer votos» por ellos. Pero, sobre todo, el militar que derrocó al Gobierno islamista de los Hermanos Musulmanes pudo escuchar cómo el Monarca hacía suyo el discurso del régimen egipcio que, al menos de momento –su Gobierno anunció unas elecciones que hasta la fecha no acaban de llegar–, prioriza la seguridad sobre la democracia.
Felipe VI, en un discurso institucional y siempre fruto de la coordinación con el Ejecutivo, lo hizo explícito desde el principio. Hizo ver que para la región mediterránea y para Europa, de la que España es frontera, la lucha contra el terrorismo yihadista es prioritaria: «Destaco el ámbito de la seguridad, ya que la amenaza terrorista en la región, y en todo el mundo, se ha convertido en una preocupación de primer orden».
El Monarca llegó a reconocer expresamente el papel de guardián y aliado que el Egipto de ahora representa para Estados Unidos y los países europeos, en particular, España: «Quiero haceros llegar la cercanía y la solidaridad del pueblo español ante la pérdida de vidas humanas que ese compromiso ha comportado a vuestro país. España y Egipto están juntos en esta causa», solemnizó Don Felipe, para añadir: «En estos momentos de guerras y turbulencias en vuestra región, Egipto destaca por ser clave para la estabilidad y el equilibrio de Oriente Próximo».
En línea con el repetido argumento de la diplomacia española de que hay que evitar la conformación de bloques entre Occidente y Oriente para no dar carnaza ideológica a los terroristas islamistas, el Rey puntualizó: «Apoyamos los esfuerzos de Egipto y de los países árabes para hacer frente al extremismo». Y aún terminó: «Pueden contar con nosotros como, estoy seguro, nosotros podremos contar con ustedes».
Al Sisi respondió a su anfitrión que «el mundo necesita más que nunca la alianza de los pueblos y civilizaciones frente al extremismo, la exclusión y el odio». Pero no dijo una palabra sobre la democracia, y se limitó a invocar la «amenaza» que representa el terror «para los cimientos y los valores de cualquier civilización humana». El presidente del país que ha condenado a pena de muerte a los principales líderes de los Hermanos Musulmanes tampoco habló de derechos humanos, sino de «vida digna, libertad, seguridad, estabilidad y justicia social».
Pero lo que es más significativo, el Monarca español, tampoco. Felipe VI apostó, además, por la alianza entre España y Egipto en 2016 en el Consejo de Seguridad.
EL MUNDO – 01/05/15