Miquel Giménez-Vozpópuli

  • De Iceta, que no es el almirante Cervera, que ojalá, depende la integridad territorial española

Miquel Iceta ya es ministro de Política Territorial y Función Pública. O, lo que es lo mismo, el que tiene que contentar a los separatistas socios de Sánchez.

Él mismo lo ha dicho. Cree que Cataluña es una nación, que se debería respetar un referéndum catalán en el que ganase la independencia, que sería bueno indultar a los golpistas del 1-O, ha avalado la supresión del español como lengua vehicular en la enseñanza catalana y ha sido capaz de pactar con Esquerra y con Junts per Catalunya en numerosos ayuntamientos y Diputaciones. Además, es de los que siempre ha sostenido que el PP es puro fascismo – recuerden aquel “Pedro, líbranos de Rajoy, por Dios” -, Ciudadanos poco menos que la antesala del infierno, al menos en la época de Rivera, y de Vox ni les cuento lo que opina. No le hemos visto, sin embargo, esos escrúpulos al tratar con los amigos de Otegui ni asustarse por gobernar con Ada Colau, una Colau que demoniza por facha al almirante Cervera. La ignorante podemita desconoce que don Pascual Cervera Topete, responsable de la escuadra española durante la guerra hispano-yanqui, murió en 1909. Es igual. ¿Almirante? Facha seguro.

Él mismo lo ha dicho. Cree que Cataluña es una nación, que se debería respetar un referéndum catalán en el que ganase la independencia, que sería bueno indultar a los golpistas del 1-O, ha avalado la supresión del español como lengua vehicular en la enseñanza catalana y ha sido capaz de pactar con Esquerra y con Junts per Catalunya

Y bien, de este hombre, Iceta, no el almirante Cervera, que ojalá, depende la integridad territorial española. Algunos pensarán que eso no es posible, que la Constitución, la ley, la Corona, las Fuerzas Armadas y, en primer lugar, el mismo pueblo español se opondrán a tamaña barbaridad. Pues se equivocan. De entrada, las leyes se cambian en función de las mayorías parlamentarias, las constituciones se modifican con ese mismo baremo, la Corona debe aceptar lo que digan esas leyes y las Fuerzas Armadas tres cuartas partes de lo mismo. Si no lo hacen, les llamarán fascistas y anti democráticos. Si lo hacen, se perderá la nación más vieja de Europa. Es el riesgo que tiene cualquier democracia fundamentada en una población más pendiente de un partido de fútbol o del fornicio de un famoso que de defender su libertad.

Yo tengo por seguro que el nombramiento de Iceta, que incluso cuando parecía perder estaba ganando como tengo explicado en mi libro “PSC: historia de una traición”, va a suponer un aumento de complacencia con separatistas vascos y catalanes. Excarcelamientos de presos etarras, que ya se está produciendo, indulto a los separatistas catalanes en los próximos días, reactivación de la mesa de diálogo para celebrar una consulta en Cataluña sobre su permanencia en España, en fin, tu programa político que tiende inexorablemente a ese estado de naciones egoístas en las que cada taifa mira solo por su propio interés y cada cacique se preocupa por su cortijo. El estado reducido a una mera entelequia, la Corona vaciada de cualquier contenido – eso, si no se la cargan -, la izquierda desatada imponiendo su ley mordaza a todo el que chiste y ya tenemos la República como quien no quiere la cosa.

Excarcelamientos de presos etarras, que ya se está produciendo, indulto a los separatistas catalanes en los próximos días, reactivación de la mesa de diálogo para celebrar una consulta en Cataluña sobre su permanencia en España

Precisemos. No se trata de que Iceta, el sanchismo y los comunistas aliados con los separatistas estén por una república formal, como Francia, Alemania o los EEUU. De eso nada. Ni les interesa la independencia del poder judicial, ni la libertad de prensa, ni el control parlamentario. Lo que buscan es una república autoritaria de signo marxista, que aunque produzca hilaridad entre estúpidos o ágrafos, es lo que se está pergeñando. Un régimen autoritario en el que ellos y solo ellos tengan voz y voto y los demás seamos considerados enemigos del estado y del proletariado. Que ese odio hacia el distinto, políticamente hablando, está arraigado en Iceta se lo puedo garantizar. Que su sectarismo hacia todo lo que no sea su visión, también.

Sánchez no ha nombrado a Iceta como la cuota PSC que algunos dicen. Ha designado al descuartizador de la España constitucional que hemos conocido hasta hoy. Sé de qué hablo y por eso mi angustia es mucho más terrible.