ABC 29/12/16
· En 2016 se han arrestado 69 terroristas en 36 operaciones. Desde el 11-M ya son 672 los capturados
En España se ha ejecutado este año una detención por actividades relacionadas con el terrorismo cada cinco días y medio, en su mayoría vinculadas a difusión de propaganda yihadista orientada al reclutamiento y pocas veces al riesgo de comisión inminente de un atentado. Y es que, a diferencia de los países de nuestro entorno, la ley permite a las Fuerzas de Seguridad llevar a cabo estos arrestos en fases tempranas de sospecha, esto es, mucho antes de que el individuo al que se vigila se dote materialmente de medios para un ataque o avance en la organización de una posible acción.
La herramienta que puso en manos de jueces, policías y guardia civiles esta ventaja de anticipación es la reforma del Código Penal de 2015, que como subrayaron los expertos, conllevó «un gran avance» en cuanto a la prevención del yihadismo a través de las redes sociales. No en vano, con aquella modificación, se tipificó como delito el mero acceso a contenidos electrónicos que inciten «a la incoporación a grupos terroristas o a colaborar con cualquiera de ellos» y, más allá, castiga actuaciones tan propias del universo islamista como el desplazamiento a territorios por ellos para la recepción de adoctrinamiento militar.
Madrid, Barcelona, Ceuta
A falta de horas para que termine 2016, se cuentan 69 detenidos adscritos a la órbita islamista, seis todavía por debajo que en 2015, ejercicio en el que se batieron todos los records en esta lucha contra el terrorismo si se exceptúan los años 2004 y 2005 inmediatamente posteriores a los atentados del 11-M. Entonces se atraparon respectivamente 131 y 92 personas por indicios de terrorismo.
En circunstancias comparables, en los meses posteriores a los sucesivos ataques sufridos entre enero de 2015 (Charlie Hebdo) y julio pasado (Niza), Francia ha arrestado un total de 420 personas ligadas al islam radical, según certificó esta semana su ministro de Asuntos Exteriores.
Desde el 11-M. la cifra total de arrestados se ha elevado a 672, 63 de los cuales han sido capturados en operaciones desarrolladas en otros países con los que España mantiene una intensa colaboración.
El mapa de las operaciones desarrolladas sigue señalando como epicentros del cultivo yihadista Madrid, el entorno metropolitano de Barcelona y la ciudad autónoma de Ceuta, aunque los arrestos en estos últimos doce meses se han extendido a todas autonomías salvo Aragón, Extremadura, Cantabria y Castilla-La Mancha. La Policía Nacional mantiene en todas y cada una de las provincias equipos consagrados expresamente a la detección, contol y persecución de estos delitos y sus autores, lo que está demostrando una eficacia importante.
Las Fuerzas de Seguridad siguen con atención –y, en su caso, con las preceptivas autorizaciones judiciales– los pasos de docenas de sujetos radicalizados dentro de España, pero también se observa sin descanso el exterior. Hasta los territorios de Daesh en Siria e Irak existe constancia de que han viajado 200 españoles, de los que una treintena habría muerto. Los esfuerzos, –en vital colaboración con el resto de países aliados–, se centran en detectar el posible retorno del resto y de todos los «combatientes extranjeros» franceses, británicos, alemanes o de otra nacionalidad que han acudido al llamamiento del autodenominado califato, y que dispondrían de libertad para moverse por el espacio Schengen. El Código Penal español castiga con penas de dos a cinco años ese tipo de viaje, que se entiende realizados para para colaborar con grupo terrorista o cometer cualquiera de los delitos asociados a sus intereses.
Sin retornos
El retroceso que está sufriendo Daesh como consecuencia de las ofensivas de Mosul o Aleppo ha hecho temer por la vuelta en masa de estos muyahidines a suelo europeo, si bien el comisario de Interior e Inmigración, Dimitris Avramopoulos, aseguró el pasado día 9 en Bruselas que «no hay combatientes extranjeros que hayan entrado en los últimos meses». Conviene no olvidar que el líder del autoproclamado Estado Islámico les pidió que siguieran combatiendo hasta la última gota de sangre.