La postura de España respecto al ultimátum independentista lanzado el lunes por Escocia se mantiene intacta. Al deseo de no alentar ningún proceso secesionista, fuentes de Exteriores españolas añadieron ayer la negativa al hecho de que exista preocupación alguna por el anuncio lanzado por la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, de impulsar un segundo referéndum de independencia entre 2018 y 2019. Esto contradice las palabras de la primera ministra británica, Theresa May, que afirmó ayer en el Parlamento británico que «las autoridades españolas están preocupadas» por el órdago lanzado por Sturgeon.
La premier recalcó que España había dejado claro que ningún país que se va de la UE puede volver a unirse «inmediatamente». La premier usó ayer el argumento utilizado horas antes por el titular de Exteriores español, Alfonso Dastis, para dejar en evidencia a la ministra principal Sturgeon, tras al anuncio de un nuevo referéndum de independencia entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019. «Ellos [los españoles] han dejado claro que un país no puede separarse de un país de la UE y volver a ser miembro inmediatamente», dijo May en su comparecencia parlamentaria de ayer. «Ésta es la doctrina Barroso que ha sido reafirmada por la Comisión Europea. Aplicada a Escocia, la independencia no significaría seguir siendo miembro de la UE, sino quedarse fuera de la UE».
La premier británica respondió tal que así a una pregunta parlamentaria sobre la posición de España ante el futuro de Gibraltar por el Brexit y ante el reto de un nuevo referéndum en Escocia. May dejó en el aire la primera parte y fue directamente a la cuestión escocesa, que acaparó la mayor parte de su intervención de más de hora y media en Westminster, horas después de lograr la aprobación final para invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa.
May no dijo expresamente cómo ni cuándo el Gobierno español le trasmitió la renovada «preocupación» por la cuestión escocesa. La premier y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantuvieron su último encuentro bilateral el 3 de febrero durante la cumbre de la UE en Malta. Los dos reconocieron haber hablado entonces del Brexit (pero no de Gibraltar).
Las mismas fuentes de Exteriores españolas se ciñeron a las palabras pronunciadas el lunes por el ministro de Exteriores y Cooperación, Alfonso Dastis, que en su primer viaje oficial a América Latina aseguró tras reunirse con su homólogo peruano Ricardo Luna que España «apoya la integridad de Reino Unido y no alienta secesiones o divisiones en ninguno de los Estados miembros. Nosotros preferimos que las cosas sigan como están», dijo. A la vez que advirtió a Escocia de las consecuencias de si «de mutuo acuerdo y con arreglo al régimen constitucional aplicable en Reino Unido» acabara siendo independiente.
«Nuestra tesis es que quedarse en la UE no se puede quedar porque no es miembro más que como miembro de Reino Unido y tendría que ponerse a la cola, cumplir los requisitos para el ingreso, celebrar consabidas negociaciones y el resultado sería el que esas negociaciones dieran lugar».
El Brexit ha cedido sin embargo protagonismo en las últimas horas al nuevo referéndum en Escocia. Desde Edimburgo, Sturgeon contribuyó a alimentar las tensiones con un duro mensaje en Twitter dirigido contra May: «Yo fui elegida como ministra principal de Escocia con un claro compromiso. La primera ministra no ha sido elegida por nadie».
El nuevo órdago independentista ha alterado en cualquier caso la partida del Brexit en la jugada final. May confirmó ante el Parlamento que no tiene intención de acelerar los trámites de salida de la UE y que invocará el Artículo 50 del Tratado de Lisboa «a finales de marzo», cumpliendo con su propio calendario.
Antes de poner en marcha el proceso de ruptura con Bruselas, May se embarcará en una gira por todo el país, de Escocia a Gales, pasando por Irlanda del Norte y por el norte de Inglaterra. La gira es un reconocimiento implícito de las carencias a la hora de trasmitir el mensaje del Brexit a las «naciones» periféricas, pese a sus recientes viajes a Cardiff y Glasgow, donde advirtió que no permitirá la «desintegración» del Reino Unido en plena negociación del Brexit.
Sturgeon aseguró entre tanto que las propuestas de Escocia, que aspira a seguir integrada en el Mercado Único, se han estrellado contra «el muro de la intransigencia» en Londres. En su comparecencia en el Parlamento británico, May aseguró sin embargo que ha trabajado «estrechamente» con los Gobiernos regionales, que ha escuchado sus preocupaciones y que ha defendido los puntos comunes de interés.
NUEVA CRISIS EN EL UKIPPOR LA SALIDA DE ARRON BANKS
El abandono del multimillonario Arron Banks provocó ayer una nueva y tal vez definitiva crisis en el Partido de la Independencia del Reino Unido (Ukip). Banks, que puso nueve millones de euros de su bolsillo en la campaña Leave.eu – una sofisticada herramienta de márketing electoral a favor del ‘Brexit’ – , confirmó personalmente su expulsión del partido por decir que su nuevo líder, Paul Nuttall, es «incapaz de cortar la nata de un arroz con leche». Arron Banks, amigo personal del ex líder Nigel Farage, anunció ayer su intención de fundar un nuevo partido nacionalista. De momento, ya ha puesto en marcha el portal de noticias ‘Webmonster’, la réplica británica a ‘Breitbart’, creado por Steve Bannon. Banks está considerado como el ‘puente’ estratégico entre la América de Trump y el Reino Unido del ‘Brexit’. La amistad del millonario de 50 años con Farage le permitió convertirse en algo así como la ‘caja registradora’ del Ukip, con una generosa contribución de 1,7 millones de euros en las elecciones del año 2015. / C.FRESNEDA