JOSÉ MANUEL OTERO LASTRES – ABC – 22/01/16
· «La visión miope y cortoplacista de alcanzar La Moncloa a toda costa puede provocar que Podemos acabe relegando al PSOE al puesto de partido puramente testimonial»
Según las últimas noticias que manejan algunos analistas políticos, Pedro Sánchez podría tener ya cerrados los pactos con Podemos, IU y el PNV para lograr la investidura por mayoría simple en segunda vuelta una vez que, tras el fracaso de Rajoy, el Rey le encargara formar Gobierno. Dando esto por supuesto, Carlos Herrera se preguntaba días atrás en su programa de la cadena Cope quién se iba a atrever a oponerse a Pedro Sánchez en el Comité Federal del partido del próximo día 30 si llegaba con un pacto de investidura bajo el brazo, afirmación que era completada por algún otro comentarista indicando que no se podía pedir a los diputados del PSOE que votaran en contra de una investidura como presidente de su secretario general.
Esas reflexiones me recordaron el modo ejemplar en que resolvió el juez norteamericano Adams un conflicto sobre una patente del medicamento Cephalexin entre las empresas farmacéuticas Eli Lili y Premo Pharmaceutical. En el litigio, esta última empresa alegó que no se le podía prohibir la venta del citado medicamento patentado porque era más acorde con el interés público vender más barato el medicamento y que ella podía hacerlo porque no tenía costes de investigación.
Pues bien, el juez ordenó a Premo cesar en la venta del medicamento, sobre la base del argumento de que, a fin de impulsar la creatividad y las inversiones en investigación tecnológica, era necesario sacrificar a corto plazo la competencia en los precios. Porque, si se privaba de efectividad a la patente, las empresas, en lugar de destinar fondos a la investigación y el desarrollo, los destinarían a otros fines, como las promociones publicitarias. El juez concluyó diciendo que las inversiones a largo plazo en investigación tecnológica constituyen uno de los mecanismos fundamentales a través de los cuales una economía industrializada mantiene su tasa de crecimiento y su cuota en el comercio internacional, lo cual le permite proporcionar a sus ciudadanos puestos de trabajo.
Si yo fuera miembro del Comité Federal del PSOE defendería con ardor una postura semejante a la que mantuvo el juez Adams para justificar la patente. En efecto, es posible que haya quien piense que al PSOE le interesa alcanzar el poder cuanto antes y sin que importe el coste (la política cortoplacista de precios bajos de la que se hablaba en el caso norteamericano). Pero, si miramos a largo plazo, para el PSOE y su supervivencia como partido de gobierno es mejor permitir bien que gobierne como hasta ahora el partido más votado o bien aprovechar la ocasión para corregir –con su innegable fuerza parlamentaria en un gobierno en minoría del PP– los desequilibrios que pueda haber generado la crisis.
La visión miope y cortoplacista de alcanzar La Moncloa a toda costa puede provocar que Podemos acabe relegando al PSOE al puesto de partido puramente testimonial. En cambio, una política a largo plazo y situando los intereses del Estado por encima de los del partido puede restablecer la posición que ha venido perdiendo el PSOE de partido de gobierno.
Puestas así las cosas, la pregunta que deberían hacerse los socialistas miembros del Comité Federal del día 30 es la que en su día se hizo el juez Adams, a saber: qué es más conforme con el interés del partido, apoyar la decisión cortoplacista de Pedro Sánchez de formar gobierno a cualquier coste o esperar en la oposición, como han dicho las urnas, hasta que ese partido centenario recupere nuevamente el favor mayoritario de los españoles. ¡Ojalá que en el Comité Federal del PSOE sean mayoría los que opten por la segunda postura! No quiero dramatizar, pero no solo su partido, sino también España está en su manos.
JOSÉ MANUEL OTERO LASTRES – ABC – 22/01/16