EDUARDO GOLIGORSKY – LIBERTAD DIGITAL – 10/11/15
· «Si no se actúa ante la ilegalidad, puede ser prevaricación; es motivo para poner una denuncia». Sabias palabras que pronunció el exalcalde de Barcelona Xavier Trías (Vivir, LV, 6/11). ¿Un prohombre de CDC sublevado contra las tropelías de la camarilla golpista que aglutina a sus correligionarios con insurgentes de toda laya? ¿Trías acusando de prevaricación a Carme Forcadell por no actuar contra la ilegalidad que el bloque secesionista perpetró en el Parlamento de Cataluña y por participar en la transgresión como instigadora y cómplice?
No seamos ingenuos. Xavier Trías se dirigía a los comerciantes de Barcelona invitándolos a actuar contra la alcaldéspota Ada Colau por la tolerancia que exhibe frente a la invasión de manteros. Pero… si bien los manteros representan un problema para la actividad normal del comercio y para la imagen de la Ciudad Condal, la ofensiva del bloque secesionistacontra las instituciones del Estado -empezando por el Tribunal Constitucional– con el compromiso de desobedecerlas implica un ataque contra la sociedad organizada de consecuencias infinitamente más graves que la proliferación de mercachifles ambulantes.
La resolución secesionista del Parlamento de Cataluña deja a los ciudadanos desamparados ante los violadores de las leyes españolas, cuya vigencia se desconoce arbitrariamente. La Barcelona de los manteros, los carteristas, los okupas y los delincuentes de toda especie, sin olvidar a los del 3 %, es un modelo en miniatura de lo que será esta Cataluña desconectada del Código Penal. Y acéfala, para más inri.
Muchos de quienes se sumaron irresponsablemente a la aventura secesionista están ahora sabiamente asustados al verse involucrados en la corte de los milagros. Los comisarios políticos se ven obligados a amordazar a los consejeros díscolos de la Generalitat. Hasta el somatén mediático acomoda paulatinamente su línea editorial para dar salida al pánico que genera en la mayoría sensata y amante de la libertad y el orden la perspectiva de romper con el resto de España, con Europa y con los países civilizados. Escribió Miquel Roca Junyent («Manzanas o peras»,LV, 3/11):
Intentar sumar manzanas y peras no ha dado nunca, históricamente, ningún buen resultado. Se pueden aceptar los planteamientos de la CUP o no compartirlos, pero lo que no puede ser es aceptarlos sin comprender que esto quiere decir mucho más que una concesión ocasional. Esto es cambiar un proyecto para asumir otro. Así de sencillo y, a la vez, así de significativo. En este caso, sumar es cambiar. Manzanas o peras, esta es la cuestión.
Sabiamente asustado está también el director, Marius Carol, que advierte (LV, 7/11):
Junts pel Sí ha creído que finalmente la CUP daría su brazo a torcer, cuando lo único que han conseguido es que los anticapitalistas hayan descubierto que tenían la sartén por el mango. Y cuando en política se tiene la sartén en la mano, la tentación de freír al adversario es grande. Así que han conseguido que se presente en el Parlament, con el aval de Junts pel Sí, una resolución de ruptura, que invita a la desobediencia. Las gentes del orden y del desorden del brazo. (…) Es momento de ponerse a cubierto.
Ponerse a cubierto. Buena idea. ¿Y a quién le pedirán cobertura para sus derechos y sus bienes estos rebeldes sabiamente asustados? Pues a España, faltaría más.
EDUARDO GOLIGORSKY – LIBERTAD DIGITAL – 10/11/15