ABC 16/01/14
JAIME GONZÁLEZ
Garikoitz Aspiazu, «Txeroki», no es la imagen del inmovilismo etarra, ni el rostro viejo del terror. No es un vestigio de otra era, ni una especie en vías de extinción. No es un fósil; no es la huella en piedra de un pasado arrumbado por una hermosa glaciación. Sus pupilas inflamadas de odio no son propias de otro tiempo ni sus palabras suenan a una ETA lejana. En realidad, Garikoitz Aspiazu, «Txeroki», es la versión clásica del pistolero que descerraja tiros por la espalda y siente un profundo desprecio por los asesores de imagen de la izquierda proetarra. «Txeroki» es reacio al maquillaje, por eso habla sin ambages: «No autorizo a este tribunal a que juzgue a los ciudadanos del País Vasco», dijo ayer en euskera. Ya han salido en tropel los exégetas del «proceso de paz» a quitarles hierro a sus palabras. «Txeroki» –dicen– es la ETA que no es capaz de entender que los tiempos han cambiado, pero su opinión no es mayoritaria entre los presos». Es lo que tiene ir sin maquillaje y con las manos manchadas de sangre: que los asesores de imagen de la izquierda proetarra tienen que hacer sobre la marcha malabares con la brocha y los pinceles. «Txeroki» ha puesto en evidencia que el «proceso de paz», cuando le quitas la capa de pintura, te muestra a ETA al natural, sin potingues cosméticos. El último comunicado de sus presos fue recibido con entusiasmo por esa legión de mansos, cándidos o simplemente falsos que lleva dos años haciéndole la manicura a ETA: le corta las uñas, se las lima, le quita los pellejos y utiliza esmaltes ultrabrillo de marca, para que los manos de los asesinos luzcan pulcras y lustrosas. Y cuando sale «Txeroki» enseñando los brazos tatuados con el hacha y la serpiente, los asesores de imagen de la izquierda proetarra lo justifican con el argumento de que no está al corriente de las últimas tendencias. Lo que le pasa a «Txeroki» es que no le gustan las uñas postizas y le hace ascos al maquillaje, pero su rostro no es la huella en piedra de un pasado arrumbado por el «proceso de paz», porque el «proceso de paz» es «Txeroki» desafiando al Estado español. O lo que es lo mismo: ETA al desnudo. Que es un cuerpo asqueroso, pero un cuerpo mortal.