ETA: LAS TRAMPAS DEL ALTO EL FUEGO

Si el gobierno español ha reaccionado con la mayor prudencia a la oferta de alto el fuego formulada por ETA es porque se trata precisamente de un alto el fuego, y no una disolución pura y simple de los comandos acompañada de una renuncia definitiva e incondicional a la violencia.

La noticia original

Si el gobierno español ha reaccionado con la mayor de las prudencias a la oferta de alto el fuego formulada por la organización terrorista ETA es porque se trata precisamente de un alto el fuego –como si el uso de las armas pudiera justificarse en una democracia- y no una disolución pura y simple de los comandos acompañada de una renuncia definitiva e incondicional a la violencia.

Toda España se alegra de asistir a la agonía de una organización que, al abrigo del separatismo, ha asesinado a diestro y siniestro. ETA está acorralada, enfrentada a la actuación cada vez más eficaz de las policías española y francesa y a un rechazo cada vez mayor de la opinión pública. El final parece próximo y no es el momento de abrir negociaciones con los terroristas que buscan un salvavidas. Tanto más porque la última tregua propuesta fue rota unilateralmente en 2006 con la vuelta a los atentados.

La oferta de alto el fuego fue presentada de forma teatral por tres militantes con su ridícula clásica vestimenta, encapuchados y con boinas, como para celebrar una clandestinidad falsamente ridícula. El objetivo del comunicado es forzar al Gobierno a iniciar discusiones que permitan la participación del movimiento afín y querría internacionalizar el problema proponiendo que el alto el fuego sea “verificado” por la comunidad internacional. Es una trampa en la que ni España, ni Francia pueden caer.

(Pierre Rousselin es director adjunto de Le Figaro, encargado de la sección de internacional desde 2004 y ditorialista de política internacional)

Pierre Rousselin, Le Figaro, 11/1/2011