ETA ni quita ni pone presidentes: PSOE y PP creen que el fin del terrorismo ya no da votos

El fin de ETA ya no da votos. Eso es lo que piensan PSOE y PP, convencidos de que el hipotético anuncio del abandono definitivo de las armas no influiría de modo relevante en las generales del próximo año. Los dos partidos mayoritarios coinciden en que los ciudadanos han interiorizado que la banda terrorista está en fase terminal y que, antes o después, escenificará su desaparición. No habría, pues, efecto sorpresa.

Los gobiernos de Felipe González en Argel (1987), de Rodríguez Zapatero en Oslo y Ginebra (2006), y el de José María Aznar en 1999 en Zurich, han sido los protagonistas de los últimos procesos de diálogo con la banda terrorista, todos ellos frustrados. Acabar con cinco décadas de violencia en el País Vasco es desde hace años uno de los objetivos prioritarios de los ejecutivos del PSOE y del PP que, además del fin prioritario de acabar con los asesinatos y la extorsión, han visto en ello un valioso activo electoral. La situación, sin embargo, ha cambiado radicalmente y a diez meses de las elecciones todas las formaciones, sin excepción, coinciden en que ya no suma electoralmente. El paro, y no el terrorismo, es ahora la principal preocupación de los ciudadanos.

“La única posibilidad de que nos diera réditos electorales es que todos los etarras se entregaran –dice a este diario un dirigente del PSOE-, y como eso no va a ocurrir, que ETA diga que lo deja definitivamente antes de los próximos comicios no suma votos”. El futuro candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha defendido esta legislatura la política de “mano dura” con los terroristas con excelentes resultados, y en el partido no creen que la vaya a correr ningún riesgo en busca de posibles réditos electorales.

“ETA ya no quita ni pone presidentes”, afirma a este diario un dirigente popular vasco. “El fin de la banda ya no renta electoralmente por tres razones: La primera es que la gente tiene la cabeza en otro lado, en la crisis económica; la segunda es que hemos comprobado que a ETA se la puede vencer y, por último, en este momento no hay miedo a ETA”. La citada fuente cree que, en el supuesto de que la banda anunciara el fin de la violencia antes de las generales, “podría tener relevancia durante unas semanas, sería una distorsión, pero no para poner o quitar a un presidente”.

La gestión del fin de la banda

Destacados observadores de la política vasca coinciden con los partidos en sus reflexiones, y expresan su convicción de que será el PP, y no el PSOE, quien gestione el «cierre» de la actividad terrorista. Paul Ríos, coordinador del movimiento ciudadano Lokarri, sostiene que el fin definitivo de ETA será “un proceso corto”. “De aquí a las generales se sentarás las bases para solucionar el problema, pero la gestión le corresponderá al PP en la próxima legislatura, pero lo imprescindible es que en un proceso de este tipo no se deje fuera al principal partido de la oposición”.

El abogado Txema Montero, ex dirigente de Herri Batasuna a finales de los ochenta, de la que fue expulsado por sus críticas a la banda terrorista, mantiene que “a diez meses de las generales no creo que ETA vaya a anunciar nada, y que lo haga no está en manos del PSOE. Mi impresión es que mantendrá la tregua unilateral a la espera de la llegada del PP”. Sea con un Gobierno socialista o uno popular, Montero cree que “la sociedad española tiene descontado el fin de ETA. Sectores contrarios a la legalización de Bildu han tenido que hacer una reflexión al ver que la coalición se ha convertido en la segunda fuerza política vasca. La izquierda abertzale es parte de la estructura social de nuestro país; no como ERC, que fue una expresión del voto de hastío hacia CiU”.

Txema Urquijo, asesor de la  Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco, afirma que “el fin de ETA está descontado electoralmente; ahora puede más la desconfianza hacia el gobierno por la crisis económica. Además, la banda no va a escenificar su final como hicieron los poli-milis en 1982, lo harán paso a paso. Tal vez en Euskadi el fin de la violencia si tenga efectos electorales, no sé quien los capitalizará. Lo que está claro es que los resultados de Bildu reducen mucho la posibilidad de que ETA pueda justificar su vuelta a las armas”.

EL CONFIDENCIAL, 2/6/2011