La anulación electoral de Bildu decidida por el TS no fue para ETA una noticia «agradable», por utilizar el mismo término con que, al parecer, fue calificada la presencia de Bildu el 22-M durante una reunión del Grupo Socialista del Congreso.
DESDE distintos ámbitos del socialismo, tanto desde federaciones tan relevantes como la vasca y la catalana como desde el propio Grupo Parlamentario en las Cortes, se ha pedido al Tribunal Constitucional que revoque la anulación de las candidaturas decidida por el Supremo por ser Bildu una iniciativa de ETA. Mucho ha retrocedido la izquierda, y el PSOE en particular, en sus convicciones en la lucha contra la banda etarra si algunos cargos parlamentarios y del partido no solo contradicen abiertamente la tesis del vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y los informes policiales, sino también el pronunciamiento de la Sala del 61. Lo expresado por estos socialistas es una declaración de apoyo explícito a lo que el Supremo ha calificado como herramienta de ETA para estar presente en las instituciones. Esta inconcebible benevolencia hacia los proetarras es lo que rompe la unidad democrática frente a los terroristas, y no las exigencias del PP de que se aplique la ley con rigor.
El objetivo de estos mensajes de apoyo socialista a Bildu es presionar al Constitucional para que ampare a la coalición. También ronda sobre el TC el chantaje del PNV de romper con el Gobierno socialista si, al final, Bildu se queda fuera de las elecciones. Resulta desolador que el socialismo español sea la brecha del muro democrático y se dedique a sembrar la confusión justo en el último tramo de un largo proceso de saneamiento de la democracia en el País Vasco, iniciado con la ilegalización de Batasuna en 2003 y que debería culminar hoy, antes de medianoche, con el veto legal y legítimo del Estado de Derecho a unas listas que son títeres de ETA para perpetuar su presencia en las instituciones.
La sentencia del Supremo se basó en pruebas lícitas, suficientes, valoradas de manera motivada, en conexión con la trayectoria de la banda terrorista, y con pleno respeto a los derechos fundamentales y las libertades públicas, mucho mejor protegidos si ETA y sus secuaces no vuelven a pisar un ayuntamiento o una diputación foral. La anulación electoral de Bildu decidida por el TS no fue para ETA una noticia «agradable», por utilizar el mismo término con que, al parecer, fue calificada la presencia de Bildu el 22-M durante una reunión del Grupo Socialista del Congreso.
Editorial en ABC, 5/5/2011