ABC 24/08/13
· La cúpula de la banda debate cómo será el contenido de su anuncio, pero las fuerzas de Seguridad descartan la entrega total de las armas.
· Discrepancias en ETA La cúpula de la banda acogió con «desacuerdos» las propuestas de Sortu para un hipotético desarme.
La dirección de ETA debate los términos de una propuesta de «desarme» que podría hacer llegar bien a la opinión pública, bien a «mediadores internacionales» el próximo mes de septiembre, tras varios amagos que se frustraron por fuertes desavenencias entre la banda y Sortu. Sin embargo, expertos antiterroristas consultados por ABC descartan una entrega de armas en toda regla y, en el caso de que decidiera algún gesto en este sentido, a lo más que llegaría sería a deshacerse de armamento obsoleto, según esas previsiones. Una maniobra que ya tiene por adelantado el rechazo del Gobierno.
Algunas fuentes aventuran que la propuesta prodría realizarse en torno al 6 de septiembre, fecha en la que se cumplirán tres años desde que un trío de encapuchados de ETA aseguró en la televisión británica BBC que la banda había decidido suspender sus «acciones armadas ofensivas». Otra fecha posible es el 27 del mismo mes, que coincide con el «gudari eguna» (día del soldado vasco). Otros medios, sin embargo, se mantienen más cautos y opinan que esta iniciativa podría demorarse unos meses.
La maniobra respondería a la necesidad acuciante que tiene ETA de desbloquear la actual situación, caracterizada por la negativa del Gobierno a ceder lo más mínimo a sus pretensiones de obtener la independencia a cambio de abandonar la actividad criminal. Por ello, la decisión tendría como destinatarios a sus «aliados internacionales», hastiados porque no ven resultados en sus gestiones y, sobre todo, a los denominados «agentes sociales vascos» para así favorecer la «acumulación de fuerzas soberanistas».
Mensaje a los «agentes vascos»
En este punto radicaría la «novedad»: la propuesta no va dirigida expresa o directamente al Ejecutivo de Mariano Rajoy como hasta ahora –paz por presos–, sino a los «agentes vascos». La pretensión de la banda es que transcurrido ya un tiempo sin atentados, con supuestos «desarmes» y otros «gestos» al Gobierno no le queden más argumentos para mantener la actual política penitenciaria y decida reagrupar a los presos en el País Vasco, además de conceder otros beneficios penitenciarios.
Los expertos antiterroristas descartan, en caso de que finalmente se lleve a cabo este anuncio, una entrega de armas definitivo. Como mucho, explican, ETA mostraría «su disposición a un desarme o a un desmantelamiento de sus estructuras militares». Incluso, podría plantear una «destrucción de su armamento» en presencia de «observadores internacionales» o aportando como pruebas imágenes de la supuesta eliminación. También se baraja como hipótesis que ETA facilite la ubicación de «zulos» desplegados fundamentalmente en Francia. Los mismos medios advierten de que llegado a este punto, la organización criminal nunca entregaría armas operativas y en buen estado, sino obsoletas. En este sentido, recuerdan la experiencia del «proceso de paz» irlandés, que tanto invoca la «izquierda abertzale» como modelo a seguir. El IRA puso a disposición de un general canadiense que actuaba como «observador internacional» armamento caduco, mientras todo aquel que se encontraba en buen estado lo vendió a las mafias de media Europa.
«Punto de partida»
El comunicado difundido por ETA el pasado 15 de julio, en el que calificaba como «un punto de partida» las recomendaciones hechas por el llamado «Foro Social» en marzo, avanza algunas claves, aunque en su momento pasó desapercibido. Entre esas recomendaciones, el Foro impulsado por Lokarri –el mismo movimiento que organizó la Conferencia de Ayete– abogaba por un proceso «controlado, ordenado y consensuado» que «culmine con el desmantelamiento de armas y estructuras militares de ETA». Para ello, precisaba, debe contar «desde sus inicios con la intervención y colaboración de organismos facilitadores independientes que den seguridad de lo realizado tanto a los Estados y a sus instituciones como a la sociedad en general».
En el comunicado de respuesta, la banda terrorista calificaba de «aportación constructiva» estas recomendaciones. «Creemos que, con el compromiso de todos, la propuesta en su conjunto puede constituir el punto de partida para acordar una hoja de ruta», afirmaban los cabecillas. Sin embargo, aclaraban que ETA hace su «propia lectura, y también tiene sus aportaciones, matizaciones y desacuerdos. Pero eso no será óbice para que actuemos con una perspectiva constructiva en relación a las recomendaciones».
La dirección de la banda ya ha debatido durante los últimos meses en varias ocasiones la posibilidad de proponer gestos relacionados con el «desarme». Sin embargo, todos los amagos fracasaron, fundamentalmente por fuertes discrepancias con Sortu. La última vez, en marzo, cuando según las fuentes consultadas por ABC los cabecillas de la banda ya tenían redactado el borrador. A «Josu Ternera». David Pla e Iratxe Sorzábal les molestó lo que interepretaron como «presiones» por parte de Sortu para que anunciaran un gesto relacionado con el «desarme» sin que el Gobierno hubiera movido ficha.
El fracaso de aquella intentona se saldó con la expulsión de «Ternera», Pla y Sorzábal de Oslo y su regreso a Francia. Agentes antiterroristas sospechan que, al menos «Ternera», tras haberse refugiado en una localidad próxima a Andorra y haber estado a punto de ser detenido el pasado mes de junio, se ha replegado al norte de Francia.
ABC 24/08/13