LA VANGUARDIA 18/05/16
· Sostiene que «no es una cuestión efectiva hacia la paz, sino una cuestión simbólica» y advierte de que podría mentir
El periodista experto en terrorismo Florencio Domínguez alerta de que el retraso de ETA en anunciar una entrega de armas se debe al deseo de la banda de obtener contrapartidas a cambio. En cualquier caso, advierte de que este paso sería más simbólico que efectivo ya que los terroristas podrían hacer trampas en esa entrega como ya hicieron otros grupos en el pasado. Sobre la existencia de un sector crítico en el mundo de ETA dice de momento son minoritarios.
«El desarme de ETA lo está retrasando las pretensiones de ETA de obtener una contrapartida por eso», afirma Domínguez en una entrevista concedida al observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo(OIET) recogida por Europa Press. El periodista, por tanto, desvincula la ausencia de movimientos de la interinidad del Gobierno: «sólo es de cuatro meses y el anuncio de ETA de que abandonaba el terrorismo tiene cuatro años y medio».
«No es la inexistencia de un Gobierno sólido lo que provoca el retraso, sino el intento de ETA de hacer, primero, un montaje propagandístico de su desarme y, en segundo lugar, de obtener contrapartidas a cambio». Cree que el futuro Gobierno no aceptará ese juego al tiempo que sostiene que «el desarme no es algo importante, es algo simbólico. Sin más».
Lo explica diciendo que «una organización terrorista que tiene una cantidad de armas no determinada porque las ha obtenido de manera secreta puede engañar, decir que tiene menos armas y presentar una cantidad inferior a la que realmente tiene».
«NO SE SABE CUÁNTAS ARMAS TIENEN»
Cita otros casos similares en el pasado como cuando «el IRA hizo trampas: mientras negociaba su desarme, le vendió armas a ETA y engañó a la comisión de desarme». También «la guerrilla salvadoreña hizo trampas: cuando tenía que entregar sus armas a las brigadas de desarme de Naciones Unidas, ocultó unos cuantos arsenales, uno de ellos controlado por ETA, por cierto, a esa inspección».
«Es decir: primero, no se sabe cuántas armas tienen; segundo, pueden hacer trampas; y tercero, de la misma manera que han conseguido armas en el mercado negro, pueden volver a conseguirlas si las quisieran», reitera Domínguez para quien el desarme «no es una cuestión efectiva hacia la paz, sino una cuestión simbólica».
A su juicio «podía ser la foto de la derrota definitiva de ETA o la foto de un montaje propagandístico. Si ETA lo que busca es esto último, va a tratar de evitar entregar las armas a los Gobiernos de España o Francia porque sería la foto de su derrota y este momento no parece dispuesta a hacerlo».
Florencio Domínguez es actualmente el director del Centro Memorial para las Víctimas del Terrorismo que tendrá su sede central en Vitoria y una subsede en Madrid centrada en el terrorismo yihadista.
Sobre los movimientos de sectores disidentes con la línea oficial marcada por Sortu, Domínguez afirma que «se sabe desde hace meses que hay un grupo de presos críticos con la línea oficial, pero hasta el momento es minoritario. La mayoría de los presos de ETA, por convicción o por resignación, secundan la estrategia oficial de ETA y del resto de la izquierda abertzale».
Explica que «siguen siendo grupos minoritarios también. Aunque de vez en cuando hayan convocado alguna manifestación que haya reunido a unos cientos de personas, en el conjunto de la izquierda abertzale son todavía minoritarios». «Supongo que los servicios antiterroristas no los perderán de vista, pero hoy por hoy no constituyen una amenaza. Son más un grupo de nostálgicos que otra cosa», zanja.