EL MUNDO 24/06/14
· Víctimas y PP recriminan que vea «explicación política» en la banda
Impertérrito en la puerta, con chaqueta y gorra gris marengo, el botones que recibe a los huéspedes del Ritz está acostumbrado a ver desfilar a personalidades españolas y extranjeras de la política, la economía y las finanzas. Ayer, en cambio, por su lado hacía entrada en este lujoso hotel el látigo de todo ese establishment, Pablo Iglesias. El líder de Podemos, con camisa blanca remangada, avanzaba entre la expectación y el morbo, con paso decidido, para hablar en el
Fórum Europa de su revolución democrática y de la urgencia de que los ciudadanos recuperen «la soberanía y los derechos sociales». El escenario, como dijo, era «idóneo» por ser simbólico entre la alta sociedad y el poder. Todo iba sobre el guión, con un verbo mordaz, incisivo y hasta irónico contra los poderes fácticos y la «casta política» cuando dos asuntos enfangaron de polémica su intervención, hasta eclipsar la conferencia: ETA y Venezuela.
Fue ya con su discurso acabado cuando se le preguntó por el relato que como eurodiputado iba a trasladar de la banda a Bruselas. Iglesias, primero, aludió al «enorme dolor» causado, pero a continuación afirmó que ETA «tiene explicaciones políticas» y que comprenderlas es algo necesario para «superar los problemas políticos y avanzar hacia soluciones democráticas». Y, se justificó: «Si no las tuviera, no se entendería» que los gobiernos de González, Aznar y Zapatero se sentaran «a hablar» con la banda. En sus palabras, hubo «rechazo» y «condena» de los «actos llevados a cabo», pero subrayó que «trataría de comprender las claves políticas fundamentales» del terrorismo de ETA porque, «como todos los hombre de Estado han reconocido», es una condición clave «para superar los problemas políticos y avanzar hacia soluciones democráticas». «Hablar de un problema y tratar de analizarlo políticamente no implica estar de acuerdo con él», argumentó.
Pero su análisis irritó sobremanera a las víctimas y al PP, que arremetieron contra Iglesias. La presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, replicó que era «gravísimo» y «desolador». «¿Qué explicación tiene que hayan asesinado a más de 800 personas y causado miles de heridos?», se preguntó en declaraciones a Servimedia. Más contundente fue el popular Esteban González Pons: «Los asesinatos y muertes nunca tienen causa política. Intentar justificar, comprender o explicar a ETA es no entender qué es la democracia y es ofender a la dignidad de las víctimas». En esa línea, la Unión de Guardias Civiles también le reprochó haber cruzado un «límite ético y moral».
Al margen de ETA, el otro asunto que marcó la charla fue Venezuela. De repente, un hombre se puso en pie e increpó al líder de Podemos por haber hecho trabajos de asesoría para el régimen chavista. «¿Asesoró en la represión contra mi hija?», le preguntó a gritos sobre la violenta actuación gubernamental en las calles. «En Venezuela están matando a los jóvenes». «Mi esposa no puede comprar papel ni comida ¿Ha asesorado al Gobierno de Venezuela en eso?». La cara del hombre al que el personal de seguridad trataba de llevarse de la sala era conocida. Se trataba de Alberto Casillas, el camarero héroe que protegió a unos manifestantes de los antidisturbios en el primer Rodea el Congreso y cuya foto dio la vuelta al país.
Tras el desalojo y rebajada la tensión, Iglesias se defendió: «Jamás he asesorado a nadie para que reprima a alguien o golpee a nadie. No he asesorado para que dejen a nadie en una situación económica difícil ni para que muerdan el cuello a los niños y le saquen la sangre». El incidente, dijo, es «sintomático del miedo que tienen quienes no se atreven a discutir con argumentos».
Más tranquilo, Casillas justificó en su bar a EL MUNDO que «perdiera los nervios»: «A mi hija le han golpeado por pedir libertad». Y comparó Podemos con el chavismo. «Es el mismo discurso fácil, lleno de esperanza, pero que luego se convierte en una tragedia brutal y criminal. ¡Cómo voy a permitir que este régimen copie a Venezuela y se instaure en mi país. No puedo!», dijo. «Hoy defiendo a todos los españoles».