FLORENCIO DOMINGUEZ, EL CORREO 12/02/13
· Dirigentes de ETA fueron detectados en Oslo a finales de 2011. Y desde entonces siguen allí.
Los primeros etarras que viajaron a Noruega lo hicieron a principios de los años ochenta. Fueron para enseñar a fabricar bombas a un grupo de radicales samis (los lapones), que estaban enfrentados con el Gobierno por la construcción de una presa. Los miembros de ETA se fueron enseguida del país porque los samis eran unos bocazas incapaces de guardar silencio sobre sus actividades clandestinas. Dos de los alumnos de los etarras resultaron heridos en 1982 al estallarles una bomba que iban a colocar en un puente. Uno de ellos, por cierto, murió más tarde cuando conducía un trineo al ser arrollado por una moto de nieve.
En 2003, al parecer tras recibir una carta de ETA, diplomáticos noruegos se ofrecieron al Gobierno de Aznar para mediar con la banda terrorista, pero sus servicios fueron rechazados. El Gobierno nórdico dio un paso atrás y derivó el asunto al Centro suizo Henri Dunant, del que es financiador principal. Fue este centro el que protagonizó las tareas de mediación con el Ejecutivo de Zapatero antes, durante y después de las conversaciones con ETA de 2006 y 2007. Y Oslo, a petición del gabinete socialista, fue escenario de una parte de las conversaciones.
Cuando se rompió aquel proceso, Noruega siguió en contacto con la banda terrorista, tanto que, a finales de 2011, agentes de la Comisaría General de Información del CNP detectaron la presencia en Oslo de dirigentes de ETA. Y desde entonces siguen allá, pese al rechazo de los gobiernos de España y Francia, que han hecho saber a Noruega su desacuerdo con la acogida de los etarras.
Los representantes de la banda están esperando a los enviados de España y Francia para iniciar la negociación sobre las «consecuencias del conflicto» de la que habla el punto 2 de la Declaración de Aiete. Tal vez en los preámbulos del anuncio de la renuncia a la violencia por parte de ETA alguien se comprometió a hablar con la banda si daba el paso, pero el actual Gobierno español no ha asumido ningún compromiso en esa línea y se ha negado a acudir a Oslo. Lo mismo ha hecho el Ejecutivo francés que, incluso, ha rechazado un intento de ETA de finales del pasado año de abrir un canal de diálogo directo y particular con el palacio del Elíseo.
Los gobiernos de París y Madrid no han viajado a Oslo, pero sí parece que lo han hecho los representantes de la Comisión Internacional de Verificación (CIV), cuyas actividades están financiadas en buena medida por el propio Ejecutivo noruego. Los verificadores mantuvieron un primer contacto con ETA antes de que se presentaran públicamente el 28 de septiembre de 2011. Aquella cita buscaba obtener el visto bueno de ETA a la constitución de la CIV. Después volvieron a contactar con la banda en enero de 2012 en vísperas de su segundo viaje al País Vasco. En aquel contacto los verificadores pidieron a ETA que sus miembros fueran desarmados, pero la banda rechazó la petición.
El tercer contacto reconocido tuvo lugar en vísperas del tercer viaje de la CIV al País Vasco, el 3 y 4 de mayo del pasado año. Ahora que se anuncia el cuarto viaje oficial se difunden informaciones de nuevos contactos con ETA de los verificadores para tratar sobre el desarme. Curiosamente, los portavoces del PNV transmiten optimismo sobre esta cuestión, mientras que los de la izquierda abertzale se muestran escépticos y desconfiados.
FLORENCIO DOMINGUEZ, EL CORREO 12/02/13