Euroescepticismo vasco

EL CORREO 13/05/14
FLORENCIO DOMÍNGUEZ

En el País Vasco, al igual que en el resto de España, el desinterés ciudadano por las elecciones europeas se ha disparado en la última década. En las votaciones de 2004 y 2009 fueron más los electores que se quedaron en casa que los que acudieron con su papeleta a las urnas, cosa que no había ocurrido en las cuatro elecciones anteriores, las celebradas entre 1987 y 1999.

En las primeras votaciones habidas en España para el Parlamento europeo, el País Vasco registró una abstención del 32,7%, mientras que en las últimas, hace cinco años, la abstención fue del 58,17%. El desinterés de los vascos es ahora 26 puntos más alto que cuando se enviaron los primeros europarlamentarios a Bruselas. Los sondeos, además, no pronostican una recuperación del interés ciudadano por estos comicios.

Todos los partidos se enfrentan a la necesidad de movilizar a sus respectivos electorados para minimizar el coste de la abstención porque su mayor riesgo está en los que se quedan en casa antes que en los que cambian de siglas. La estrategia de socialistas y populares pasa por polarizar el debate entre ambos olvidándose del resto de los grupos para no concederles atención mediática. Esa polarización puede provocar la activación de los electores más fieles, aunque puede no ser útil para los tibios.

Esa estrategia tiene una excepción en el País Vasco donde tanto socialistas como populares coinciden en una estrategia encaminada a minusvalorar la importancia del voto nacionalista. Se presenta al PNV al margen de las dos grandes corrientes ideológicas europeas, la izquierda y la derecha, que son las que van a ser determinantes. También se presenta el voto al PNV como un voto poco práctico que va a ser utilizado para debatir cuestiones identitarias y no para resolver los problemas reales de los ciudadanos.

La estrategia del PNV oscila entre las críticas a la izquierda abertzale, a la que sitúa fuera de los valores que han configurado la Europa actual, y los ataques al PP y en especial a sus candidatos vascos. El partido de Andoni Ortuzar está librando un pulso particular con la izquierda abertzale para determinar quién es la principal formación política del país. Tan importante como mantener el escaño en Bruselas es para el PNV seguir siendo el primer partido y no ceder terreno ante la coalición que le disputa la hegemonía política.

La coalición EH Bildu, por su parte, trata de movilizar a sus votantes en esta campaña poniendo el acento en la reclamación de la independencia como remedio mágico para solucionar todos los problemas y en el ataque al PNV al que se presenta como obediente fiel de los dictados de Rajoy, la troika y la patronal vasca. Las urnas dirán el día 25 quién ha acertado en el discurso para movilizar a sus votantes, pero por el momento no parece que ningún partido levante pasiones ni entre los incondicionales.