ABC 07/02/15
Más de 102.000 euros de sueldo al año por organizar una «estructura de estado» imposible. Joan Iglesias Capellas, director del Programa para la definición de un nuevo modelo de Administración Tributaria de Cataluña es el responsable de crear en esta legislatura una Hacienda propia catalana. Su retribución como cargo público es una de las más altas de toda España, pero según los expertos en fiscalidad consultados por ABC, la tarea encomendada a este inspector de Hacienda del Estado choca irremisiblemente con la ley, la carencia de medios técnicos y una suficiente información fiscal.
José María Mollinedo, secretario general del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), considera que el Gobierno de Artur Mas «juega con las palabras, pues todas las autonomías tienen su agencia tributaria, con la que gestionan los impuestos propios y cedidos. Otra cosa es la gestión de todos los tributos, imposible de asumir si no hay un acuerdo con el Estado». Explica que, según la Constitución, «la llave de la caja compete al Estado, y está regulada en la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca) y la ley de cesión de tributos». Este técnico de Hacienda ve posible la gestión compartida mediante un consorcio (como se hace con los puertos). El Estatuto catalán contemplaba esa figura «pero no prosperó porque se pretendía suplantar el consorcio por un ente exclusivamente catalán».
Hacia la unidad
El profesor de Economía de la Universidad Abat Oliba CEU, Esaú Alarcón, experto en fiscalidad, afirma que «aunque se invirtiera el presupuesto de diez años, no se lograría tener un sistema informático capaz de gestionar todos los impuestos. Cataluña dispone ahora de muy poca información sobre los contribuyentes, la bases de datos actual es un páramo. Lo único que se puede hacer es modernizar y catalanizar la agencia, pero el Estado no va a hacer un sistema de financiación a la medida del Gobierno catalán». Recuerda que el propio Iglesias, en su informe presentado ante el Consejo Asesor de la Transición Nacional, explica que la mejor manera de que esa hacienda propia prospere «es con ayuda de España». Alarcón explica que la tendencia es hacia la unidad para evitar las desigualdades fiscales entre autonomías. En Cataluña ha aumentado el impuesto de patrimonio, mientras que en Madrid desapareció hace años».