ABC 14/03/16
En una escenificación sin precedentes, 750 exreclusos de ETA se reunieron ayer por la mañana en el polideportivo de Usúrbil (Guipúzcoa) para dar su apoyo al manifiesto «En la dirección de la amnistía, presos y huidos vascos a casa», leído en euskera y castellano por dos antiguos presos, Xabier Alegría y Begoña Uzkudun. En él avalan que los reclusos de la banda terrorista utilicen los «cauces legales» y apoyen «firmemente la decisión de avanzar por vías exclusivamente políticas y democráticas», adoptada por Bildu, para «desarrollar un proceso articulado de vuelta a casa».
El comunicado, leído en presencia de miembros de la «izquierda abertzale» como Pernando Barrena, Rufi Etxeberria o Joseba Permach, establece que será en todo caso el EPPK, el colectivo de presos etarras, «quien decida qué cauces y qué ritmos va a utilizar para alimentar esa vía». Con el objetivo de cubrirse la espalda frente a los críticos afirman que «valerse de la legislación y del reglamento penitenciario no cuestiona en ningún modo el carácter militante de todos ellos ni el valor y la dignidad de su trayectoria. Ni ahora ni antes».
En la misma línea, los firmantes del texto añaden: «No vamos a consentir que nadie fiscalice esos pasos ni los nuevos que puedan venir en el futuro, pues el respeto a las decisiones colectivas del EPPK es fundamental. Aunque sean pasos individuales, y se materialicen de forma individualizada, serán decisiones colectivas, igual que lo han sido las anteriores».
El manifiesto apunta que en 2013 el EPPK ya mostró su disposición «a dar pasos por la vía de la legalidad», pero que, si bien se ha avanzado en esa dirección, «ha llegado el momento» de buscar «vías concretas y eficaces» y «adquirir nuevos compromisos y hacer diferentes ejercicios». En la jerga habitual, acusan a los Gobiernos español y francés de ser «los que utilizan la violencia con fines políticos».