• La responsabilidad de sustituir eventualmente a Sánchez recae en alguien cuyo principal atributo es carecer de atributos
Juan Carlos Girauta-ABC

A mí qué me importa que gane el PP si no detiene y corrige la degradación de España. Esto no va del colorín de la camiseta, salvo que vivas de ello; esto va de la violación sistemática del reglamento. No veo ventaja en ganarse al nacionalismo interiorizando sus premisas. Feijóo ha discriminado el castellano en la escuela y en la correspondencia oficial de su comunidad. Bajo su autoridad se han celebrado los ‘21 días’ sin la lengua común de todos los españoles. ¡Qué alegría! Pues no. Es una campaña canallesca e intrusiva que traspasa lo admisible. ¿Por qué no unos electrodos para detectar el idioma en que sueñan los chavales? Seguro que Feijóo deploraría una campaña dedicada a borrar el gallego. Y haría bien, porque sería una cerdada autoritaria. Pero si se hace con el español es un cosa simpatiquísima. Díganle que sigue siendo una cerdada. Él no lo aceptará porque no puede escapar de su jaula de prejuicios, romper la red de premisas envenenadas que se han impuesto en España al mismo ritmo y en la misma medida en que se descuartizaba la democracia.

Ya me molesta bastante tener que compartir atmósfera con tantos enemigos de la libertad. Si encima simulara que lo de Feijóo es una buena noticia atentaría contra mi dignidad. La responsabilidad de sustituir eventualmente a Sánchez recae en alguien cuyo principal atributo es carecer de atributos. No quiere perfil. Quiere ser invisible. Advenir. Sin discusiones, esa cosa tan desagradable. Invocar los valores fundacionales, que es lo que correspondería hoy, le parece a Feijóo de mal tono. Por cierto, llama tuiteros a quienes lo han demostrado todo en términos de valentía, estudios y logros profesionales. ¡Él! ¿A quién ha empatado fuera de su entorno caciquil? Que Galicia era una de las grandes democracias del mundo, decía el otro día. No España: Galicia. Sería para partirse el pecho si nuestra libertad no dependiera del capricho de un narcisista patológico subido a un castillo humano de exterroristas y golpistas. Todo esto a Feijóo le resulta de muy mal tono; cree que describir una catástrofe no es fino. Crispa. A estas formalidades dedica atención. La catástrofe ya vienen luego en orden de importancia.

Ganarle el pulso en las urnas al sanchismo es objetivo que se puede alcanzar de dos maneras:

1) Esperando a que España esté sometida, a finales del año que viene, a restricciones similares a las aplicadas sobre Grecia, con inflación crónica en dos dígitos, paro desbocado, desabastecimientos, el grifo del BCE cerrado, y bajadas de pensiones y de sueldos públicos.

2) Refutando desde ya la entera visión del mundo de la banda gobernante y aliados; tema por tema, sin olvidar ninguno.

Él, claro, ha escogido la primera vía. Y como los CEO ‘woke’ del gran dinero y de la pésima gestión vetan a Vox, y aquí solo se respeta el dinero, tendrá que entenderse con Sánchez. En tal caso, a mí qué me importa que gane el PP.